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sábado, 9 de agosto de 2014

El alza de la gasolina en el centro del debate: ¿Ajuste del precio o fin del subsidio?



 12.592 millones de dólares al año es el promedio de recursos que destina el Estado venezolano para subsidiar la gasolina. Ese monto, traducido en bolívares a tasa preferencial de 6,30 bolívares por dólar, asciende a 79.329 millones de bolívares que paga el Gobierno para subsidiar el uso vehicular de aproximadamente 4 millones de venezolanos.
“No tiene ningún sentido para la nación, allí perdemos dólares que bien podrían utilizarse para programas sociales“, dijo recientemente el ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, también presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
En Venezuela, solo el 13% de la población se “beneficia” del actual precio de la gasolina. 1 litro de gasolina de 91 octanos cuesta 0,091 céntimos de bolívar y 1 litro de 95 octanos cuesta 0,097 céntimos de bolívar.
De acuerdo con un estudio realizado por el Centro Internacional Miranda (CIM), el promedio de precios en relación con los que tienen países de la región es de 1 galón de 3,78 litros por un valor de 3,90 dólares. Es decir, cada litro en promedio cuesta 1 dólar y en los países europeos la cifra oscila entre 1,40 y 1,50 dólares por litro de gasolina.
Venezuela es uno de los pocos países del mundo donde la gasolina es “prácticamente regalada”. Así lo demuestran los montos actuales en comparación con países de la región y de otros continentes. También lo demuestran las cifras que ofrece el Gobierno nacional, las cuales resultan avaladas por organismos internacionales expertos en la materia.De una manera más didáctica, Rafael Ramírez ha explicado el desorbitado valor del precio de la gasolina. “Un cigarrillo, no una caja de cigarrillos, cuesta más que un litro de gasolina y con lo que gastas en comprarte un Toronto (que actualmente cuesta 20 bolívares) puedes llenar de gasolina el tanque de un transporte público. No tiene sentido. Todos los elementos indican que no tiene viabilidad”.
La Agencia Internacional de Energía (AIE), conformada por 29 países, aseguró recientemente que el subsidio de gasolina en Venezuela “supera los 25 millardos de dólares anuales o unos 825$ por persona”.

Durante un acto por el centenario del descubrimiento del primer pozo productor petrolero en el país, realizado en el estado Zulia, Ramírez expresó: “Nosotros no vamos a colocar el precio internacional porque tampoco es la idea, pero sí un precio que sea razonable”.Y pese a que se hace necesario un debate acerca de un eventual incremento, el cual ya ha sido planteado en el contexto de una consulta pública nacional, el ministro Rafael Ramírez aseguró el pasado miércoles que el alza no llevará los valores al nivel del mercado internacional.
Por su parte, el presidente de la República, Nicolás Maduro, reconoció la necesidad de tomar a consideración el planteamiento del aumento al precio de la gasolina, sin embargo, dijo que “yo como Jefe de Estado no estoy apurado” por lo que no se han establecido los tiempos que durará el debate nacional, ni cuando se anunciará el posible aumento.

Precios y costos de producción

De una investigación realizada por el economista e investigador del CIM, Víctor Álvarez, se desprenden algunos elementos necesarios a considerar para entender si existe proporcionalidad entre el precio de la gasolina en Venezuela, congelado desde 1998, y sus costos de producción.
Durante el foro: “¿Qué pasaría en Venezuela si se aumenta el precio de la gasolina?, realizado en mayo de este año, cuando se abrió el debate sobre el posible incremento, Álvarez esbozó el amplio margen de diferencia que tiene Venezuela con países que se rigen por la moneda del dólar en cuanto a los precios del petróleo.
“En Venezuela llenamos un tanque de 60 litros con menos de 1 dólar. Lo llenamos con 90 centavos de dólar y es tan barato que por lo general dejamos propina al bombero. En cualquier otro país para llenar un tanque a razón de 1 dólar por litro serían 60 dólares semanales y aquí nos cuesta menos de 1 dólar llenar el tanque entero”, explicó.
Los costos de producción de este importante derivado del petróleo, que para finales del primer trimestre del 2013 se ubicó en 10,8 dólares por barril de crudo y unos 16,42 dólares por barril refinado, al ser contrastados con los precios de venta arrojan una realidad incuestionable: la gasolina que se produce en Venezuela y que se destina al mercado local, es vendida a precios de regalo
Y al parecer la cifra del subsidio se incrementa cada año. Los factores de dicho incremento no son precisamente por ajustes en el precio de la gasolina, sino por la capacidad adquisitiva que ahora tienen algunos venezolanos, la cual le permite poseer hasta dos y tres carros por persona.
“Somos el país con consumo de combustible per cápita más alto del mundo y tenemos el precio del combustible más barato del mundo también. No se justifica”, explicó Ramírez.
Solo en 2008, Pdvsa soportó la carga de 8.800 millones de dólares por el subsidio de la gasolina. Seis años más tarde, la cifra va por los 12.592 millones de dólares al año.

Costos de producción a través de los años

Desde 1998 la gasolina en Venezuela se vende al mismo precio. Han sido 14 años de tarifas congeladas y de incremento desproporcionado de la cantidad de vehículos por habitante. Esta realidad, sumada a otra serie de factores internos y externos al país, como el paro petrolero del año 2002, han provocado que Pdvsa pierda dinero con cada litro de gasolina que comercializa en el territorio nacional.
De acuerdo con cálculos realizados por la firma económica Ecoanalítica, el subsidio de la gasolina creció 731% entre el 2003 y el 2008.
En un análisis realizado por Ecoanalítica, publicado en el portal web de Noticiero Digital del 2 de Abril de 2009, en el que se comparó la inversión del Estado en áreas sociales, de acuerdo con lo establecido en la Ley de Presupuesto de 2009, se determinó que por subsidio al precio de la gasolina el promedio de pérdida fue de al menos 7,7 veces más de lo invertido para atender sectores sociales como salud, educación, programas sociales de distintas áreas.
Las cifras recientes del Banco Mundial refieren que el litro de gasolina de 95 octanos se vende a 0,097 bolívares (0,015 dólares) cuando en Uruguay, el país con el combustible más caro de Sudamérica, llega a 1,89 dólares. En Noruega, por ejemplo, el combustible es 169 veces más caro que en Venezuela.
Según el presupuesto anual de la nación para el año 2009, se destinaron 20.958 millones de bolívares para los proyectos sociales y las misiones impulsadas por el Gobierno Nacional, 42. 524 millones de bolívares para educación y 12.028 millones de bolívares para el sector salud.
Las cifras indican que en los 14 años del actual gobierno, la política social se ha mantenido e incluso incrementado en algunas áreas, gracias a los ingresos que Venezuela recibe por la renta petrolera, sin aplicar medidas determinantes que incrementarían a gran escala la disponibilidad de recursos para atender los aspectos más sensibles de la nación.
Es decir, Venezuela ha incrementado en más del 60% el Producto Interno Bruto(cifra actualizada al 2014, según el reciente balance del vicepresidente del Área Social, Héctor Rodríguez) para destinarla a la inversión social sin tocar los 12.592 millones de dólares que pierde al año por “regalar la gasolina”.
El mismo estudio de Ecoanalítica revela que el subsidio de gasolina en el país beneficia en mayor medida a las clases de mayores ingresos, pues el 25% de la población de mayores ingresos consume casi nueve veces más gasolina que el 25% más humilde.
Según datos publicados por la revista SIC del Centro Gumilla, entre 2005 y 2011 Pdvsa perdió al menos 2.197 millones de dólares por vender gasolina en Venezuela a un precio inferior al costo de producción. Esto, de acuerdo a una investigación realizada por los economistas Luis Oliveros y Domingo Sifontes.
Para los economistas, todavía en 2004 Pdvsa estaba en capacidad de cubrir el costo de la producción de gasolina sin que significara una pérdida de amplia magnitud. “Con un tipo de cambio promedio de 1,88 bolívares, el barril de gasolina tuvo un costo de producción de 5,98 dólares; mientras, el precio de venta en el país se aproximó a 6,94 dólares por barril, un diferencial positivo de 0,96 dólares.
Pero a partir de 2005, señalan, “los números de la venta de gasolina se tiñeron de rojo”. El tipo de cambio promedio aumentó a 2,11 bolívares por dólar, el costo de producción del barril de gasolina subió a 6,2 dólares, y el precio interno del barril de gasolina -por efecto de la devaluación- se redujo a 5,95 dólares, dejando una pérdida de 25 centavos de dólar por barril producido y comercializado.
Según cifras de Pdvsa, el costo del subsidio a la producción y venta de gasolina en el país en 2005 fue de 21 millones de dólares. En 2006 se duplicó a 50 millones de dólares, en 2007 subió a 108 millones de dólares, y en 2008 se cuadruplicó a 439 millones de dólares, a causa del incremento del costo de producción y refinación de Pdvsa, un año después de la primera estatización petrolera del gobierno de Hugo Chávez.
En 2009 la pérdida por vender gasolina por debajo del costo se redujo a 341 millones de dólares, pero en 2010 volvió a crecer a 488 millones y ya en 2011 implicó 750 millones de dólares para Pdvsa.
Para la fecha, la cifra es exorbitante. Sin embargo, y pese a que los integrantes del Ejecutivo Nacional reconocen como “pérdida” el subsidio tan barato del precio de la gasolina, lo que no constituye una medida en favor de los más necesitados, han sido 14 años sin tomar una decisión concreta. Los motivos podrían ser muchos, pero para algunos expertos, las razones son políticas.
“Existe cierto temor a que el anuncio de incremento de la gasolina genere en la población y en el país una situación similar a la que ocasionó el ‘Caracazo´”, dijo el economista Luis Matos. Concepción que coincidió con la del también economista Víctor Álvarez.
Ante esta situación y la expectativa en la población que ha generado el tema en boca de algunos voceros del Ejecutivo,durante una reunión de trabajo de la Misión Barrio Nuevo, Barrio Tricolor, el presidente Maduro afirmó que el aumento de la gasolina “no es una necesidad” sino un problema que hay que corregir.
Y recalcó que ese proceso de incremento de la gasolina se debe producir “sin perturbaciones sociales ni políticas, sino con un consenso nacional y que los recursos que por ahí ingresen vayan a un fondo para financiar las misiones y grandes misiones”.

¿El Caracazo ha influenciado un posible aumento?

“El Paquete” del presidente Carlos Andrés Pérez fue un programa de ajuste económico aplicado en 1989 que consistió, entre otras medidas, en elevar cada año los derivados del petróleo en el mercado nacional con un 100% en el precio de la gasolina y un 30% en los precios del transporte público, incrementar las tarifas de servicios públicos, liberar las tasas de interés activas y pasivas hasta un 30%, eliminar la Oficina de Régimen de Cambios Diferenciales (Recadi), arrojó graves consecuencias sociales que desencadenaron una rebelión y fuerte represión, denominada el “Caracazo”.
El 3 de febrero de 1989 el entonces ministro de Energía y Minas notificó que los precios de la gasolina se incrementarían para el 26 de febrero: Bs. 2,75 la alta y Bs. 2,55 la media. Esto provocó descontento en la población. Como consecuencia se produjo el “Caracazo” ocurrido el 27 de febrero de 1989.
La mayoría de los resultados del “paquete” de CAP fueron desfavorables: la economía se contrajo a un 8,1%, la tasa de inflación había alcanzado un 84,5%, las reservas internacionales se ubicaron en $ 7.411.000.000, el déficit en la balanza de pagos disminuyó y el déficit público llegó a un 1,7% del PTB (cifra por debajo de lo que se estimaba al principio).
También se logró definir con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un programa que estimaba la entrega de $ 5.000.000.000 en tres años. Se acordaron créditos por $ 4.000.000.000 con el Banco Mundial y se consiguieron 4000.000.000 cada año con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Fueron muchos los años que le costó al país levantar su economía, incluso un intento fallido de golpe de Estado y una serie de políticas que consistieron, principalmente, en modificar la política de ajuste como suspender los aumentos de gasolina hasta tanto no se fijara un criterio racional que tomara en consideración la condición de país energético que tiene Venezuela, pero fueron proyectos que tampoco se ejecutaron y eso generó otro intento fallido de golpe el 27 de noviembre de 1989.
Para 1993, durante el corto gobierno de Ramón J. Velásquez, no se produjeron aumentos del precio de la gasolina. Pero fue predominantemente un gobierno de transición donde el objetivo de lograr una economía de mercado se paralizó en su totalidad y, en algunos sentidos, se determinaron retrocesos hacia el conocido intervencionismo estatal.
En 1996, la crisis económica persistía pese a un cambio en la política hecho por el entonces presidente Rafael Caldera. En ese año se empleó el programa de Estabilización y Reformas Estructurales conocido como “Agenda Venezuela”, respaldada por el Fondo Monetario Internacional, con el objeto de estimar un aumento de la gasolina de un 500%, devaluar la moneda en casi un 100%, reponer el equilibrio macroeconómico, entre otras medidas.
El último aumento de precio se realizó en 1996, desde entonces, el tema del alza en los precios de la gasolina se ha convertido en una cuestión tabú en Venezuela, donde se considera que el petróleo pertenece de alguna forma a todos los ciudadanos.
Sin embargo, son muchas las críticas hacia esa concepción “ligera” que tiene un importante porcentaje de la población venezolana, que es la misma que hoy se niega a discutir sobre un posible incremento en el precio de la gasolina.
El venezolano, convencido de que vive en un país rico y con las mayores reservas de petróleo del mundo, tiende a considerar que el precio de la energía -sobre todo la gasolina- debe ser al menos barata.
Pero la realidad es que cada tanque de gasolina que se llena en el país deja enormes pérdidas en las cuentas de Petróleos de Venezuela.

Que sea el pueblo quien decida…

Para un importante grupo de analistas petroleros, el 2014 es el año propicio para realizar solicitudes, planteamientos y ajustes en los bienes y servicios en los que sea necesario. No es un año electoral, ninguna decisión estaría inclinada o viciada de la propuesta política, por lo tanto “este año es perfecto para tomar la medida y hacer el ajuste”, señaló el economista Víctor Álvarez.
Basado en lo que reza el artículo 71 de la Constitución Nacional, Álvarez explicó que “materias de especial trascendencia nacional, como el caso del precio de la gasolina, podrán ser sometidas a referéndum consultivo bien sea por iniciativa del Presidente, por un acuerdo en la Asamblea Nacional o por solicitud de un número no menor del 10% de electores inscritos en el Registro Electoral”.
“Esa posibilidad cabe. Hay que dar el debate informativo. Que se le permita a esos sectores, presos de creencias y tabúes, debatirlo y se llegue a otra comprensión y se pueda tomar la decisión”, insistió el economista.
Dicho planteamiento es compartido por la diputada al Parlamento Latinoamericano (Parlatino), Ana Elisa Osorio, quien consideró que “este es un momento que difícilmente vamos a tener en los próximos años, es el momento de tomar la decisión y para eso hay que preparar a la población”.
Osorio también fue ponente en el foro realizado en mayo para debatir acerca del tema de la gasolina, donde propuso que antes de asumir un referéndum consultivo como la alternativa más democrática, “es necesario impulsar una tarea pedagógica, publicitaria e informativa”.
Esa propuesta, la de abrir el debate en la población, y de realizar una consulta pública nacional fue asomada recientemente por el ministro Rafael Ramírez. El pasado 5 de mayo de este año dijo que lo que falta para establecer un nuevo precio para la gasolina en el país es una “discusión con el pueblo”. Especificó que para que se dé la discusión no hará falta asistir a ninguna instancia específica, sino que el tema será explicado.
Para el también economista, Luis Matos, es necesario un ajuste al precio de la gasolina pero “no debemos cobrar impuestos a la gasolina, como sucede en otros países (los europeos). No debemos ganarle a la gasolina, pero tampoco podemos seguir regalándola”.
A su juicio, la ejecución de un trabajo como la refinación y el transporte de la gasolina ya constituye “un subsidio que merecemos por ser un país exportador neto, pero no podemos continuar, entre todos, pagando por llenarle el tanque a quienes explotan el servicio del transporte”, dijo Matos en exclusiva para Noticias24.
Por lo tanto, insistió: “Yo consideraría no un aumento de precio, sino el cobro de la gasolina al costo que corresponde. Es decir, venderla sin ganancias“.
Para el analista petrolero, el “precio justo” de la tarifa de gasolina tiene que ser calculado en bolívares, “no en dólares traducidos. Porque nuestros costos son en bolívares y si traducimos, luego lo que nos cobren, no necesariamente será al cálculo de 6,30 bolívares ya que la gasolina no es alimento ni medicina”.
Han sido 14 años de precios congelados, de beneficios para quienes utilizan los vehículos como medio de transporte, pero han sido años de pérdida de recursos que, en concordancia con todos los venezolanos bien podrían ser destinados para mejorar bienes y servicios, principalmente todos los ámbitos relacionados al transporte y la vialidad.
El subsidio, que aún persiste, es un término clave en cuanto a políticas sociales se trata. Una acción de gobierno que busca atender o beneficiar a los sectores de menores recursos, con el propósito de reducir esa brecha social que determina los estándares de la exclusión. Pero el subsidio, aunque posee todas las características para ser una política positiva, pierde razón de ser si las personas perjudicadas ocupan un porcentaje más alto que aquellos beneficiados. Esto es lo que al parecer, y a juicio de expertos, ocurre en Venezuela desde hace muchos años con el tema de la gasolina.

Por: Mariana Serrano /Departamento de investigación/Noticias24
Video: Mariana Serrano/ Edición: Yaikel Dorta