(Buenos Aires, 18 de marzo. AP) — El gobierno argentino redobló el miércoles sus críticas al fallecido fiscal Alberto Nisman, artífice de la denuncia más grave que haya recibido la presidenta Cristina Fernández, al calificarlo de “sinvergüenza” por usar de forma espuria fondos estatales destinados a investigar el atentado contra un centro judío.
El jefe de gabinete Aníbal Fernández arremetió contra Nisman al cuestionar el tipo de relación laboral que mantenía con su asesor informático Diego Lagomarsino, imputado por haber facilitado al fiscal la pistola calibre 22 que terminó con su vida.
A Nisman “se le dieron los fondos para que descubriera a los responsables del atentado… él se mofó de las 85 víctimas porque usó los dineros para salir con minas (mujeres)”, dijo Fernández a periodistas. Agregó que “están viralizadas las fotos del fiscal Nisman con varias señoritas y también para pagar ñoquis (gente que trabaja sin cobrar) como Lagomarsino, al que le sacaba el 50%” del sueldo.
Nisman fue hallado muerto en el baño de su apartamento el 18 de enero, cuatro días después de denunciar a la mandataria por el supuesto encubrimiento de los iraníes acusados del atentado en 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que causó 85 muertos. Fernández ha rechazado las imputaciones.
El jefe de gabinete hizo estas declaraciones en referencia a la presentación que realizó el abogado de Lagomarsino y que indicaría que Nisman se quedaba con parte del sueldo que el técnico informático cobraba como asistente de la unidad especializada que encabezaba el fiscal para investigar el ataque a la AMIA.
Tras presentar el miércoles un escrito ante la fiscal Viviana Fein, investigadora del deceso de Nisman, Maximiliano Rusconi, abogado de Lagomarsino, dijo que se refiere a un documento que “complementa información que había presentado la querella y que no hace al objeto procesal”.
Los trascendidos periodísticos señalaron que el escrito de Lagomarsino contendría detalles sobre una cuenta bancaria compartida por Nisman, miembros de su familia y el asesor informático.
El letrado había dicho la víspera que su defendido revelaría datos que “pueden lesionar la imagen” del fiscal.
En tanto, cerca de un centenar de personas, entre ellos diputados opositores, homenajearon al investigador al cumplirse dos meses de su muerte.
Al término del acto, el filósofo y escritor Santiago Kovadloff dijo que el jefe de gabinete “atacó a un muerto y cuando uno ataca a un muerto de la forma en que lo hizo es que está vivo porque significa mucho”.
Por su parte, la diputada opositora Patricia Bullrich dijo que las declaraciones del funcionario tienen “el único objetivo de tapar” un supuesto “pacto” entre la presidenta e Irán para garantizar la inmunidad de los ex funcionarios y ex diplomáticos acusados del atentado.
Un juez federal desestimó la denuncia contra Fernández pero un fiscal apeló esa decisión y la última palabra sobre la posibilidad de impulsar la pesquisa la tendrá la Cámara Federal de Casación Penal.
La investigación de la muerte de Nisman ha estado marcada por las discrepancias entre la fiscal a cargo de la pesquisa y la querella representada por la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex esposa del investigador.
Arroyo Salgado sostiene que su ex marido fue asesinado y se ha mostrado disconforme con la forma en que Fein ha conducido la investigación. La fiscal afirma que todavía no se puede determinar si la muerte del investigador fue un crimen, un suicidio o un suicidio inducido.
Las mayores diferencias entre la investigación oficial y un informe aportado por la querella son el día y hora en que se produjo la muerte de Nisman y si existió espasmo en su mano derecha, lo que apuntaría a que habría terminado con su vida al disparar la pistola que fue encontrada junto a su cuerpo. Para la querella, en cambio, fue asesinado mientras estaba arrodillado frente a la bañadera y su cuerpo fue luego movido para hacerlo pasar por un suicidio.