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miércoles, 18 de marzo de 2015

BBC Mundo: ¿Puede el mundo seguir creciendo eternamente?

En el mundo muchos se están haciendo cada vez más ricos; sin embargo, todavía hay miles de millones de personas viviendo en la pobreza.
Desde el advenimiento de la era industrial, el mundo se ha hecho sostenidamente más próspero, pese a reveses como la Gran Depresión y la más reciente crisis financiera global.
Fabricamos más, vendemos más y consumimos más que nunca.
Entonces, ¿cómo podemos elevar los niveles de vida? La respuesta, según muchos gobiernos, es mediante un rápido crecimiento económico.Pero según Naciones Unidas, cerca de 3.000 millones de personas todavía viven con menos de US$2,5 al día.
El crecimiento es visto como la panacea para muchos males económicos. Crea trabajos, elimina deudas y eleva los niveles de vida. Es visto universalmente como una buena cosa.
Los periodistas son cómplices de eso. Frecuentemente describimos un crecimiento rápido como “robusto”, uno lento como “anémico” y una economía en recesión la presentamos como “enferma”.

“Hervir los océanos”

Pero ahí existe un problema: vivimos en un planeta limitado, pero el crecimiento es exponencial.
Un crecimiento anual del producto interno bruto (PIB) de 3% puede no sonar como mucho, pero significa que una economía duplicará su tamaño cada 23 años.
¿Importa eso? De acuerdo con Tom Murphy, profesor de Física de la Universidad de California en San Diego, definitivamente sí, porque el crecimiento económico va de la mano con el incremento del consumo de energía.
“Desde un punto de vista físico, si crecemos a un 3% anual, en cerca de 400 años estaremos hirviendo los océanos, no sólo por el calentamiento global y la producción de CO2, sino por el calor que se produce naturalmente con el uso de energía”, asegura.
Esas limitaciones físicas, dice el profesor Murphy, empezarán a tener un impacto, por ejemplo creando ciclos de bonanza y caída, y hará que a largo plazo el crecimiento sea imposible.

Energía accesible

Esta manera de ver las cosas no es completamente nueva. De hecho, el clérigo y académico inglés Thomas Malthus enfatizó un punto similar en el siglo XVIII. Su preocupación no era el uso de la energía sino el crecimiento de la población.
Malthus creía que la población crecería en la medida que se elevaran los niveles de vida y que eventualmente las fuentes de comida se agotarán. Eso no ha pasado hasta ahora. Por el contrario, nos hemos hecho mejores en la producción de alimentos.
¿Podremos hacer algo similar con la energía?
“Existe el potencial de lograr fuentes renovables de energía que no produzcan emisiones de carbono, que sea baratas y fácilmente accesibles”, dice el economista y activista ambiental Yoram Bausman.
Ciertamente existen pequeños síntomas de ansiedad dentro del sector de las finanzas.“El objetivos es que el costo de la energía renovable llegue a estar por debajo de, digamos, el carbón”.
“Históricamente, la gente ha demostrado una notable habilidad para lograr desarrollo económico y crecimiento, frecuentemente frente a terribles catástrofes ambientales y humanas”, dice Joe Seifert, un exbanquero de inversiones que ahora es funcionario principal de inversiones del fondo indio Essar Capital.
“Escasez de recursos en áreas como energía y agua es una posible limitación, pero hay ingentes recursos naturales sin explotar y la inventiva humana ha superado en el pasado ese tipo de limitaciones”.

El crecimiento correcto

Eso debería ser buenas noticias para muchos países en desarrollo, que dependen del crecimiento para crear trabajos y mejorar los niveles de vida.
Pero el crecimiento solo no es suficiente, dice Ashish Thakkar, fundador y jefe ejecutivo del grupo africano Mara. Es necesario que sea el crecimiento del tipo correcto.
“El crecimiento no debería estar basado en especulación y el dinero fácil. Debe ser visto como ayuda para sacar a la gente de la pobreza. No debemos perder ese modo de pensar. No debería tratarse de quemar recursos naturales”.

¿Una vida “rica”?

Sin embargo, Thakkar piensa que el crecimiento puede todavía tener grandes beneficios para los países en desarrollo.
Pero la conocida y frecuentemente controvertida activista ambiental india Vandana Shiva tiene una opinión muy diferente.
Shiva cree que la actual manera como se mide el crecimiento pone demasiado énfasis en actividades potencialmente dañinas, como minería o explotación forestal, y no valora la riqueza natural.
“Cada historia de crecimiento es una historia de huella ambiental que ha sido encontrada, de dislocación local. El crecimiento se mide en términos del uso de recursos. No mide la vida que vives, los nutrientes que comes, la calidad de tu vida”.

“Manos y corazón”

Shiva piensa que necesitamos redefinir lo que entendemos por riqueza y aceptar que el crecimiento económico frecuentemente implica pagar un elevado precio.
“Ser rico significa vivir una vida plena, vivir una vida con significado”, afirma.
“Es tener trabajo para tus manos y tu mente y tu corazón. Tener un amplio círculo de compasión para dar. Y en eso no hay límite”.
Una persona que podría simpatizar con ese punto de vista es Gilliam Tett, la editora en EE.UU. del diario británico The Financial Times.
Tett es además graduada en antropología social, el estudio de los pueblos y cómo se relacionan unos con otros. Ella cree que la visión del crecimiento defendida por los economistas ortodoxos es muy limitada.
“La gente no piensa sobre sus vidas en términos de números en un banco o de números en una hoja de cálculo. Ellos consideran la sensación total de bienestar y prosperidad. Quizá esa debería ser el tipo de cosas en el que nos deberíamos enfocar más estos días”.
Así que, si queremos enriquecernos por siempre, deberíamos regresar a la mesa de diseño y empezar por repensar qué es lo que realmente significa ser ricos.