David Cameron, Primer Ministro de Reino Unido, inició su intervención en la 66 Asamblea de la ONU alabando los logros alcanzados por el pueblo libio y por el impacto que ha tenido en ese continente el fenómeno de la “Primavera Árabe”, cuyo impulso ha estado motivado por la necesidad de lograr gobiernos más libres, inclusivos y democráticos.
Aseveró que no sirve nada firmar acuerdos de paz, si continúan habiendo asesinatos en el mundo y aprovechó la oportunidad para señalar que aún queda mucho por recorrer para la instauración de la democracia y la justicia en todo el mundo.
Además, haciendo especial referencia al gobierno de Ahmadinejad, dijo que no es suficiente vivir en un país donde se hagan elecciones para ser considerados democráticos, pues hace falta que los derechos a la libertad de expresión y de prensa sean respetados sin que acarren reprimendas.
En el caso de Libia, resaltó que son los propios libios quienes lucharon y lograron su libertad y que los países occidentales tan sólo limitaron su acción en la protección de los derechos humanos y civiles de las personas que viven allí.
Explicó que los sucesos de la Primavera Árabe, no sólo responden a la necesidad de los pueblos de ser democráticos, sino a la necesidad de lograr mercados más integrados al resto del mundo, lo que deviene en países más prósperos.
Reclamó que todos los ciudadanos árabes, en especial las mujeres, batallan por tener más participación dentro de las sociedades para que todos tengan las mismas oportunidades de evolucionar y superarse. Consideró que es imposible que estos países se desarrollen si siguen apartando y vejando a las mujeres y a la capacidad que estás tienen.
Para Cameron, el trabajo de la UE es insistir para que esta realidad cambie, para que estas sociedades africanas dejen de sufrir el flagelo de la desigualdad y del hambre.
Espetó que a pesar que muchas naciones no aceptan el movimiento de la “Primavera Árabe”, no se dan cuenta que es mucho peor no actuar en pro de la defensa de aquellos pueblos que alzan la voz para logar su igual.
Dijo que ninguna resolución puede por si misma alcanzar la paz, si los países no trabajan para que lograr para consolidar la igualdad entre naciones.
Se mostró contrario a la idea de aquellos que dicen, que el autoritarismo es la única manera de mantener el orden en el continente arábico, porque justamente es dándole cabida al cambio que se conseguirá la vía para modificar la realidad de este territorio y para derrotar al extremismo y al terrorismo.
Acusó a Al Qaeda de temerle a la democracia y la participación, pues estos grupos suelen gobernar desde el terror y el miedo a los suyos. Consideró que para estos, un cambio en la hegemonía del poder representaría su total perdición