(EFE).- Una comisión del Congreso colombiano aprobó hoy en un primer debate la reglamentación de las prácticas de la eutanasia en el país.
Se trata del proyecto de Ley llamado Terminación de la vida de una forma digna y humana y asistencia al suicidio, por medio del cual se reglamentan las prácticas de la eutanasia y la asistencia al suicidio en Colombia.
El senador Armando Benedetti, ponente de la iniciativa, explicó que esta busca “autorizar que un paciente solicite se le practique la eutanasia cuando sus condiciones de vida no sean dignas, o que sus familiares lo decidan si la persona no está consciente para hacerlo”.
La eutanasia “es legal en Colombia y la queremos reglamentar porque la vida es de uno y se da cuando se puede disfrutar, no es el solo acto de respirar, y cuando alguien tiene una enfermedad terminal y su vida se está deteriorando tiene el derecho a acudir a la eutanasia”, añadió Benedetti.
La Corte Constitucional ya había otorgado facultad al Congreso colombiano para reglamentar la eutanasia hace quince años.
En el primer debate el proyecto fue aprobado con 10 votos a favor y cuatro en contra en la comisión primera del Senado.
Benedetti también explicó que sólo las personas mayores de 18 años que sufran una enfermedad terminal, con intenso dolor y sin cura podrán decidir si se someten al procedimiento de la eutanasia.
“Los católicos, entre los que me cuento, no están obligados, en caso de enfermedad terminal y grave, a aplicarse la eutanasia si sus creencias no se lo permiten”, agregó el legislador.
Y matizó que este procedimiento “es una decisión libre y acordada con un médico tratante y en ningún caso podrá recaer en familiares u otras personas. Sólo en el enfermo terminal”.
Asimismo, indicó que los médicos que practiquen la eutanasia “en ningún caso serán penalizados” si cumplen con la reglamentación establecida.
El proyecto incluye la figura de petición de eutanasia por instrucción previa, que consiste en un documento registrado ante notario donde la persona sana manifiesta su voluntad de morir, en caso de enfermedad grave sin cura o cerebral que le haya dejado en estado de inconsciencia.
Esta petición es válida si es elaborada y confirmada por el paciente por lo menos cinco años antes de la pérdida de la capacidad para expresar su voluntad.
Para el presidente del Senado, Roy Barreras, la eutanasia debe practicarse de forma pasiva, es decir, desconectando al paciente.
Barreras, quien es médico, explicó a periodistas que la diferencia radica en que la eutanasia pasiva se da cuando se desconecta al paciente de aparatos que lo mantienen con vida, como sondas y respiradores, mientras que el “suicidio asistido” implica la participación de un tercero con el consentimiento del paciente.
El proyecto pasará ahora a debate en sesión plenaria del Senado.