El Vaticano arremetió hoy contra la decisión de la BBC británica de sustituir las tradicionales siglas del antes o después de Cristo por un genérico "era común" para no ofender a otras religiones, al considerar que se trata de una "hipocresía históricamente insensata".
En un artículo publicado hoy por el diario vaticano L'Osservatore Romano, el vespertino de la Santa Sede critica esa decisión de la corporación pública británica de radio televisión BBC, señalando que bajo ese "respeto" a otras religiones, lo que pretende en realidad es "cancelar" cualquier traza del cristianismo en el mundo.
"Muchísimos no cristianos han dicho que no se sienten ofendidos por la datación tradicional antes de Cristo, AC, y después de Cristo, DC. Lo que está bien claro es que el respeto hacia otras religiones es sólo un pretexto, porque lo que se busca es cancelar cualquier traza de cristianismo de la cultura occidental", señaló el diario.
El vespertino recordó que no es la primera vez que se intenta cambiar el calendario, que ya se hizo durante la Revolución Francesa, durante el comunismo de Lenin e incluso durante el fascismo de Benito Mussolini.
La idea de cambiar el calendario -prosiguió el diario vaticano- tiene "pésimos antecedentes" y aunque en esta ocasión la BBC se limita a cambiar la dicción y no el cómputo del tiempo, "no se puede negar que ha cometido un gesto hipócrita.
Es la hipocresía -añadió- de quien simula que no sabe por qué desde ese momento (el nacimiento de Cristo) se comienza a contar los años.
"Negar la función históricamente revolucionaria de la venida de Cristo a la tierra, aceptada también por quienes no le reconocen como Hijo de Dios, es una estupidez y desde el punto de vista histórico lo saben tanto los judíos como los musulmanes", destacó el diario vaticano.
El vespertino se pregunta ¿cómo es posible simular que se desconoce que desde ese momento se afirmó la idea de que todos los seres humanos son iguales?, "principio sobre el que se fundan los derechos humanos, principio que hasta ese momento nadie había mantenido y en el que, por el contrario se base la tradición cristiana".
"No hay nada más insensato y que vaya contra la historia. No es cuestión de fe, sino de razón. Judíos y musulmanes lo han entendido claramente", concluyó el órgano de prensa de la Santa Sede
EFE