EFE-Hasta el 90 por ciento de los escolares de las mayores urbes del sudeste asiático y Extremo Oriente padece miopía antes de terminar la escuela, según un estudio publicado por la revista médica "The Lancet", del que se hace eco hoy la cadena británica BBC.
Los investigadores consideran que este "aumento extraordinario" de casos se debe a que los alumnos pasan cada vez más tiempo estudiando y menos al aire libre, con luz natural, y advierten de que uno de cada cinco padece ya una miopía avanzada que podría desembocar en una discapacidad visual e, incluso, ceguera.
En el estudio, científicos de la Australian National University (Camberra, Australia) liderados por Ian Morgan tuvieron en cuenta investigaciones previas llevadas a cabo entre la población escolar en edad de graduarse en China, Taiwán, Hong Kong, Japón, Singapur y Corea del Sur.
Ese elevado porcentaje contrasta con el del Reino Unido, donde los afectados por miopía representan entre el 20 y el 30 por ciento de la población británica.
Hasta hace dos generaciones, la media del Reino Unido era aplicable también para los habitantes del sudeste asiático, explicó Morgan a la BBC.
Los casos de miopía han pasado de "alrededor del 20 por ciento hasta el 90 por ciento en los jóvenes. Sin duda, plantea un enorme problema sanitario" que, según Morgan, podría prolongarse durante los próximos cien años.
Hasta hace cincuenta años, los científicos sospechaban que existía un componente genético responsable de la mayor susceptibilidad hacia la miopía entre los habitantes de estos países asiáticos, una explicación cada vez menos apoyada por las últimas investigaciones y que, a juicio de Morgan, no puede ser la única.
El investigador argumentó, en este sentido, que estudios recientes demostraron que en Singapur el porcentaje de miopes entre los tres grupos étnicos principales (chinos, indios y malayos) ha batido nuevos récords anuales desde 1996, pese a que su genética es diferente.
"Cualquier tipo de justificación genética no explica la velocidad del cambio, los cambios en el patrimonio genético de una población no se producen en dos generaciones. Tanto si se debe a un factor ambiental o a un efecto del mismo sobre el genoma, lo que importa es que no se debe al acervo génico, es el entorno", subrayó Morgan.
Muchos niños de países como China, Japón, Corea del Sur o Singapur, aseguró, dedican más horas al estudio que en el pasado, lo que supone una presión extra para su vista.
Esta enfermedad perjudica la visión de los objetos distantes y normalmente está causada por un alargamiento del globo ocular que suele producirse durante la juventud.
Este daño podría aliviarse con entre dos y tres horas de exposición a la luz natural, que promueve la producción de dopamina, un neurotransmisor que se cree que podría evitar la prolongación del globo ocular, precisó Morgan.
"No hace falta -añadió- que estén debajo de un sol intenso, puede lograrse también bajo un día nublado en el Reino Unido".
Las "presiones educacionales tan grandes" de los países hacia el estudio y la costumbre de la siesta después de comer son, para Morgan, las responsables de que los niños no reciban suficiente luz natural.
Los investigadores consideran que este "aumento extraordinario" de casos se debe a que los alumnos pasan cada vez más tiempo estudiando y menos al aire libre, con luz natural, y advierten de que uno de cada cinco padece ya una miopía avanzada que podría desembocar en una discapacidad visual e, incluso, ceguera.
En el estudio, científicos de la Australian National University (Camberra, Australia) liderados por Ian Morgan tuvieron en cuenta investigaciones previas llevadas a cabo entre la población escolar en edad de graduarse en China, Taiwán, Hong Kong, Japón, Singapur y Corea del Sur.
Ese elevado porcentaje contrasta con el del Reino Unido, donde los afectados por miopía representan entre el 20 y el 30 por ciento de la población británica.
Hasta hace dos generaciones, la media del Reino Unido era aplicable también para los habitantes del sudeste asiático, explicó Morgan a la BBC.
Los casos de miopía han pasado de "alrededor del 20 por ciento hasta el 90 por ciento en los jóvenes. Sin duda, plantea un enorme problema sanitario" que, según Morgan, podría prolongarse durante los próximos cien años.
Hasta hace cincuenta años, los científicos sospechaban que existía un componente genético responsable de la mayor susceptibilidad hacia la miopía entre los habitantes de estos países asiáticos, una explicación cada vez menos apoyada por las últimas investigaciones y que, a juicio de Morgan, no puede ser la única.
El investigador argumentó, en este sentido, que estudios recientes demostraron que en Singapur el porcentaje de miopes entre los tres grupos étnicos principales (chinos, indios y malayos) ha batido nuevos récords anuales desde 1996, pese a que su genética es diferente.
"Cualquier tipo de justificación genética no explica la velocidad del cambio, los cambios en el patrimonio genético de una población no se producen en dos generaciones. Tanto si se debe a un factor ambiental o a un efecto del mismo sobre el genoma, lo que importa es que no se debe al acervo génico, es el entorno", subrayó Morgan.
Muchos niños de países como China, Japón, Corea del Sur o Singapur, aseguró, dedican más horas al estudio que en el pasado, lo que supone una presión extra para su vista.
Esta enfermedad perjudica la visión de los objetos distantes y normalmente está causada por un alargamiento del globo ocular que suele producirse durante la juventud.
Este daño podría aliviarse con entre dos y tres horas de exposición a la luz natural, que promueve la producción de dopamina, un neurotransmisor que se cree que podría evitar la prolongación del globo ocular, precisó Morgan.
"No hace falta -añadió- que estén debajo de un sol intenso, puede lograrse también bajo un día nublado en el Reino Unido".
Las "presiones educacionales tan grandes" de los países hacia el estudio y la costumbre de la siesta después de comer son, para Morgan, las responsables de que los niños no reciban suficiente luz natural.