La agencia meteorológica de Australia dijo el martes que había claras señales de que se estaba formando el fenómeno de El Niño en el este del Pacífico, lo que generó temores por el potencial impacto sobre la agricultura en momentos en que los precios de los alimentos se han disparado.
El Niño produce un calentamiento en las aguas del este ecuatorial del Océano Pacífico y su llegada este año se produce en medio de crecientes temores por el alza en los precios de los alimentos.
Una sequía severa en Estados Unidos ha golpeado a la cosecha de maíz y hecho subir los precios un 60 por ciento en dos meses. Los precios de la soja también han subido por falta de lluvias en Sudamérica.
Este fenómeno climático normalmente es asociado con condiciones más secas sobre la costa este de Australia, dañando potencialmente importantes cultivos de exportación como el trigo, que depende fuertemente de las lluvias para impulsar sus rendimientos.
La producción de trigo de Australia caerá este año desde el récord de la temporada 2011/12.
La oficina meteorológica dijo que aunque el desarrollo de El Niño se estancó en la segunda mitad de julio, "durante la última quincena indicadores tales como el índice de oscilación del sur (una medida de la presión atmosférica) y la fortaleza del viento han mostrado tendencias renovadas consistentes con las etapas iniciales de un evento de El Niño".
La agencia del clima de Japón dijo el viernes que El Niño estaba en proceso de formarse.
Sin embargo, la agencia australiana sostuvo que estaba siendo "conservadora".
"Por el momento, el océano luce con las condiciones de El Niño, pero la atmósfera todavía no acusa recibo", dijo Andrew Watkins, funcionario de la Oficina Australiana de Meteorología.
El Niño y su similar La Niña pueden causar cambios en el clima global al alterar los patrones de circulación oceánica y atmosférica.
En 1997 y 1998, El Niño dejó 24.000 muertos, causó 34.000 millones de dólares en pérdidas directas y generó sequías e incendios en el sudeste asiático, además de intensas tormentas de invierno en la costa oeste de Estados Unidos e inundaciones en el este de Africa, según datos de Naciones Unidas.
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