dpa) – Paraguay celebrará mañana el 475 aniversario de la fundación de la capital Asunción, en un clima de tensión política e incertidumbre derivadas de la destitución del presidente Fernando Lugo el pasado 22 de junio.
El 15 de agosto es festivo además porque en esa fecha cada cinco años se produce un cambio de gobierno que se celebra en un ambiente de fiesta cívica al menos desde 1989, cuando cayó el dictador Alfredo Stroessner, quien gobernó ininterrumpidamente desde el 15 de agosto de 1954.
Y este 15 de agosto podría haber sido también de fiesta popular, e incluso con mayor fervor, porque podrían haberse cumplido cuatro años de gobierno de la administración de Fernando Lugo, a ocho meses de las elecciones nacionales fijadas para el 21 de abril.
Pero no será así. Actualmente, el ambiente es muy distinto en Paraguay. El gobierno de Federico Franco, que sucedió a Lugo, está aislado en la región. Fue suspendido por el Mercosur y la Unasur y aún está pendiente el pronunciamiento de la organización de Estados Americanos (OEA).
El embajador ante la OEA, Hugo Sagueir, está convencido que “no habrá sanciones” y el canciller, José Fernández Estigarribia, asegura que “existe una enorme mejoría de las relaciones internacionales” y que el problema se ha “reducido a unos países de América del Sur, y no todos”.Desde el 29 de junio, cuando se conocieron estas sanciones, Franco y su equipo se esfuerzan por convencer a sus vecinos del continente de que en Paraguay rige el estado de derecho, que todo se hizo respetando la Constitución y que, por lo tanto, no hubo quiebre institucional.
No obstante admitió que la situación es compleja y difícil y “el país necesita solucionar el problema inmediato de la región” que, en principio, se prolongará hasta las elecciones nacionales de abril.
Desde el llano, y reducido a una expresión política y social minoritaria, Lugo busca recuperar terreno e incluso, posicionarse nuevamente en el escenario político para intentar el retorno al cargo, en las elecciones del domingo 21 de abril.
En todo el país, e incluso en algunas capitales como Buenos Aires y Madrid, se han realizado manifestaciones de apoyo a Lugo y “contra el Golpe de Estado”, comocalifican algunos sectores la acción del Congreso. Marchas, corte de rutas, ocupaciones de tierras, seminarios, foros y festivales artísticos pautan el movimiento bajo la consigna “Paraguay resiste”.
Simultáneamente a esta lucha por ocupar espacios, entre el nuevo oficialismo y la oposición, se lanzó también la carrera electoral en la cual intervendrán los partidos Liberal Radical Auténtico (PLRA), el Partido Colorado, la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (Unace) y el partido Patria Querida (PPQ), todos de derecha o centroderecha.
“Volveremos a reconquistar la democracia” proclama Lugo en sus intervenciones públicas y anuncia que, si no puede ser candidato a la presidencia, podría postularse al Senado, cuestión que ha generado un debate político y jurídico en el país.La izquierda trata de reagruparse en el denominado Frente Guasú (Frente Grande), una nueva alianza de partidos y movimientos sociales que se formó en marzo de 2010, y que tiene, hasta ahora, como precandidatos presidenciales al comunicador Mario Ferreiro y al senador Sixto Pereyra. Posiblemente también se postule Fernando Lugo, si es finalmente habilitado por la justicia electoral.
El presidente Franco prometió que entregará el gobierno el 15 de agosto de 2013 a quien resulte electo en abril, cuando además de presidente, se elegirá al vicepresidente, 18 gobernadores, 80 diputados, 40 senadores y legisladores provinciales para el siguiente período de cinco años.
