El Parlamento ucraniano ha designado este domingo presidente en funciones a Alexándr Turchínov, mano derecha de la ex primera ministra Yulia Timoshenko y desde ayer jefe del Legislativo. El nombramiento de Turchínov, aprobado por 285 de los 339 diputados presentes en la sala, se produce después de que el presidente Víktor Yanukóvich fuera destituido el sábado por dejación de sus funciones. Mientras, la plaza de la Independencia de Kiev se encuentra en calma
Poco antes de su nombramiento, Turchínov pidió a los diputados que iniciaran consultas con urgencia para estructurar una coalición de mayoría capaz de formar Gobierno, un proceso que deberá concluir antes del próximo martes.
Inicialmente, se esperaba que este domingo mismo pudiera ser constituida esta mayoría, tras lo cual podría procederse a la designación del nuevo primer ministro. "La situación en Ucrania, en particular la económica, es catastrófica. El Gobierno de Yanukóvich arruinó la economía y en las arcas fiscales no hay dinero", señaló el presidente de la Cámara y ahora jefe de Estado en funciones.
La designación de Turchínov como presidente interino del país se ajusta a lo estipulado en la Constitución de 2004, que ayer fue restituida por la Cámara y que establece que en caso de ausencia del jefe del Estado, sus funciones las asume el presidente del Parlamento.
En la sesión de hoy, la Cámara también votó las destituciones de los ministros de Asuntos Exteriores y Educación, Leonid Kozhar y Dmitri Tabchnik, respectivamente. Estas destituciones siguen a las ya aprobadas ayer del titular de Interior, el fiscal general y otros altos cargos por parte del legislativo. El parlamento votó la restitución al Estado de la lujosa residencia de Victor Yanukóvich en Meijaguiria.
Las fracciones parlamentarias opositoras se hicieron con el control de la Rada esta semana después de que numerosos diputados de la coalición gubernamental abandonaran sus filas y se cambiaran de bando.
La Plaza de la Independencia (Maidán) de Kiev, foco de las protestas que ayer llevaron a la destitución y huida del presidente ucraniano,Víktor Yanukóvich, se encuentra tranquila este domingo, mientras el Parlamento sigue formalizando la toma de poder por la oposición.
Los kievitas han salido de sus casas para acercarse al corazón de la revolución, la plaza convertida en un memorial de los caídos durante los trágicos acontecimientos que esta semana dejaron más de 80 muertos.
Miles de claveles depositados allí recuerdan el precio que han pagado los manifestantes por deponer al presidente Yanukóvich.
El Maidán, como ya se conoce en todo el mundo esta plaza, y sus alrededores, recobran poco a poco la normalidad y mujeres y niños vuelven a pasear por el centro histórico de su ciudad, donde se han abierto los restaurantes y bares que en los últimos días habían cerrado en medio del caos.
En las barricadas que delimitan los accesos a la plaza y también a las calles Grushévski e Institútskaya, escenario de los enfrentamientos más sanguinarios, flores y velas comparten espacio con las aún armadas autodefensas.
Estos destacamentos no tienen intención por el momento de abandonar sus puestos en las barricadas ni tampoco dejar el Maidán para volver con sus familias. Así se lo pidió el sábado la ex primera ministra Yulia Timoshenko, quien tras ser excarcelada viajó a Kiev y llamó a permanecer en el Maidán hasta que las promesas de cambio se conviertan en realidad.
EL PAIS