Unos 30 insurgentes murieron a raíz de una nueva serie de bombardeos de la Fuerza Aérea de Pakistán contra refugios talibanes, en el cinturón tribal del noroeste del país.
Los ataques tuvieron lugar a primera hora de este martes en diversos puntos de las regiones de Waziristán del Norte y del Sur, según una comunicación enviada a Efe por una fuente militar.
La nota detalla que los bombardeos tuvieron lugar en dos ubicaciones del valle de Shawal, concretamente Paré Gar y Razan Nala, y en un enclave de Waziristán del Norte denominado Pasht Ziarat, y que "numerosos" refugios insurgentes fueron destruidos.
Un funcionario del organismo de coordinación de las áreas tribales, situado en la ciudad de Pesháwar, y un miembro de la administración local de Waziristán del Norte confirmaron los bombardeos, aunque redujeron a una veintena el número de muertos.
Los medios locales informaron del creciente éxodo de civiles de la zona, que desde la semana pasada es objeto de repetidos operativos aéreos de las Fuerzas Armadas contra refugios de la insurgencia.
Desde el pasado jueves, al menos un centenar de talibanes han muerto en los bombardeos, según fuentes militares.
Los ataques -realizados según el Gobierno por orden del primer ministro, Nawaz Sharif- llegan en medio del estancamiento de las conversaciones formales iniciadas el pasado 6 de febrero entre las autoridades y el principal grupo talibán, el TTP.
El Gobierno decidió suspender el diálogo el viernes pasado tras constatar que los talibanes continuaban con sus acciones armadas que, en las dos semanas de contactos oficiales, costaron la vida a 175 personas, según un recuento efectuado por el Ejecutivo.
La administración civil ha tenido que lidiar con la presión que, en opinión de numerosos analistas locales y diplomáticos europeos, han ejercido los militares para lanzar una ofensiva total contra el principal bastión de la insurgencia en Waziristán del Norte.
El asesor especial para temas de Seguridad del Gobierno, Artaj Aziz, afirmó ayer que el Gabinete está sopesando la opción de dar luz verde a la operación militar.
Pakistán ha experimentado el último año un notable incremento de la actividad terrorista y se ha roto una tendencia a la baja iniciada en 2010.
De acuerdo con un informe del Instituto Paquistaní de Estudios de Paz, el año pasado se cometieron en el país asiático más de 1.700 atentados -un 61 % de ellos perpetrado por el TTP y sus aliados- en los que murieron cerca de 2.500 personas, un 19 % más que en 2012.
EFE