El presidente de EE.UU., Barack Obama, dijo que el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) es el tratado comercial "más progresista" de la historia y aseguró que sus críticos, muchos de ellos en su propio partido, están anclados en el pasado.
El mandatario, que pronunció un discurso en la fábrica de la firma deportiva Nike en Beaverton (Oregón), insistió en que el acuerdo, que deberá ser ratificado por el Congreso estadounidense, incluye estándares "muy rigurosos" en materia medioambiental y protección de los derechos de los trabajadores.
"El TPP en el que estamos trabajando refleja los más altos estándares", afirmó Obama, para añadir a continuación que es "el acuerdo comercial más progresista de la historia", idea que repitió varias veces durante su discurso.
Hizo hincapié en que el tratado obligaría a países como Vietnam a mejorar las condiciones laborales, lo que incluiría el aumento del salario mínimo, algo que, dijo, beneficiaría en última instancia a las empresas estadounidenses.
"Cuando las reglas son justas, ganamos", dijo Obama, quien insistió en que el acuerdo ayudaría tanto a las empresas como a los trabajadores estadounidenses a competir en la economía global.
Explicó que en última instancia permitirá a Estados Unidos, "uno de los mercados más abiertos del mundo", acceder en igualdad de condiciones a otros países que ahora ponen barreras a sus productos como Japón.
Aseguró, por ejemplo, con que los vinos Pinot Noir de Oregón podrían mejorar sus ventas en Japón si el TPP entra en vigor.
"Alguien me dijo que el Pinot Noir de Oregón es de primera calidad", apuntó Obama. "Tenemos que asegurarnos de que los japoneses sean partícipes (de esa calidad)", dijo en medio de los aplausos de los asistentes.
Se refirió también a la carne de vacuno, "muy cara en Japón". "Asegurémonos de que prueban algunos filetes de Oregón", indicó.
Reconoció que el acuerdo tiene críticos, muchos de ellos en las filas de su propio partido, pero subrayó que este tratado no repite los errores de los firmados en la década de los 90.
"En todos los temas progresistas me respaldan y en este tema me están abucheando", afirmó Obama, a lo que añadió que "en el tema comercial creo, de hecho, que algunos de mis queridos amigos están equivocados".
"Dicen que este acuerdo eliminará trabajos estadounidenses y se basan en la experiencia del pasado, en lo que ocurrió en los 90", afirmó el inquilino de la Casa Blanca.
"Es verdad que los acuerdos del pasado no siempre reflejaron nuestros valores o hicieron lo suficiente para proteger a los trabajadores estadounidenses y ese es el motivo de que estemos diseñando un tratado distinto", explicó.
"Esta es una cuestión del pasado frente al futuro", indicó.
Nike anunció la pasada noche que la entrada en vigor del TPP le permitiría crear 10.000 puestos de trabajo nuevos en Estados Unidos.
Se espera que la próxima semana el Senado estadounidense comience a debatir la legislación conocida como "fast track" (vía rápida) o Ley de Promoción del Comercio que allanará el camino para negociar acuerdos comerciales como el TPP.
De salir adelante, permitiría que si Obama cumple en las negociaciones unos parámetros preestablecidos por el Congreso, los tratados no podrían ser enmendados por el Legislativo, sólo aprobados o rechazados.
El objetivo fundamental del texto, que en principio tendría una validez de tres años, sería lograr de manera más expedita la entrada en vigor del TPP y otros posibles pactos comerciales, como el Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP), que EE.UU. negocia con la Unión Europea.
A diferencia de lo que ha sido la dinámica habitual de la legislatura, Obama ha encontrado en esta cuestión el apoyo de la mayoría republicana en el Senado y la Cámara de Representantes, pero la oposición de gran parte de la bancada demócrata, encabezada por influyentes izquierdistas como Harry Reid y la senadora por Massachusetts Elizabeth Warren.
El TPP involucra a Estados Unidos y once países de Latinoamérica y Asia.
EFE