Una de cada siete personas en el mundo es un emigrante, refugiado o desplazado interno, afirmó hoy en Bangkok el director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), William Lacy Swing.
"Tenemos más gente en movimiento que en ninguna otra época en la historia", dijo Lacy, quien mañana participará en la capital tailandesa en una conferencia sobre migración irregular en el océano Índico a la que asistirán países de la región, así como representantes de Estados Unidos o la Unión Europea.
Según el director general de la OIM, hay unos 250 millones de emigrantes internacionales y 750 millones de migrantes internos debido principalmente a la explosión demográfica, los desequilibrios económicos y los conflictos.
"Del total contamos con el mayor número de migración forzosa desde la Segunda Guerra Mundial, según estadísticas del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), con unos 20 millones de refugiados y 40 millones de desplazados internos, un total de 60 millones", precisó.
Lacy indicó que existe una situación de emergencia humanitaria sin precedentes desde África hasta Asia debido a conflictos en Sudán del Sur, Yemen, Siria o Irak, al tiempo que la migración es un fenómeno global que afecta a la frontera entre México y Estados Unidos, el Mar Rojo o el golfo de Bengala.
El director general de la OIM lamentó que la ausencia de "liderazgo político" y "autoridad moral internacional" estén alimentando la idea de que la migración es un problema de seguridad, sobre todo tras episodios como los ataques yihadistas en París.
Manifestó que los países vecinos de Libia y Siria son un ejemplo a seguir por su acogida de millones de refugiados, quienes -aseguró- no suponen un peligro para la seguridad dados los controles a los que son sometidos antes de ser reubicados.
"Tenemos que afrontar este sentimiento creciente antiinmigrante, en el que la gente ha olvidado que históricamente la migración ha sido indiscutiblemente positiva", aseveró el responsable de la organización.
Lacy señaló que la migración se ha convertido en un asunto político del que abusan algunos políticos para ganar votos y subrayó que los países ricos del norte necesitan inmigrantes como mano de obra en todos los niveles.
Respecto a la conferencia mañana en Bangkok, el director de la OIM calificó de positivo que países como Tailandia, Malasia, Indonesia o Birmania (Myanmar) se reúnan para buscar soluciones a la migración irregular.
Entre los pasados mayo y julio, más de 5.000 personas desembarcaron en varios países del golfo de Bengala y el mar de Andamán en travesías por barco en las que sufrían los abusos de las redes de tráfico de personas.
Una parte de ellos eran rohinyás, una minoría musulmana y apátrida perseguida en Birmania, donde son calificados por las autoridades como "bengalíes" a pesar de que tampoco son reconocidos en Bangladesh.
Incluso la OIM ha omitido el término en un informe sobre la crisis migratoria en la región para evitar la irritación de las autoridades birmanas. efe