(EFE).- La francesa Lise Wagner, de 32 años, es invidente pero le sobran voluntad y fortaleza para lograr “grandes cosas”, según dijo hoy al relatar su recorrido a pie por la Cordillera Real boliviana y su escalada a un nevado de más de 6.000 metros de altitud, pero cuya cima no pudo alcanzar.
“Para mí, fue un sueño, pero más que eso, es también una experiencia que puede dar a las personas con discapacidad ganas de hacer grandes cosas (…) Bolivia es un país que me gusta desde hace mucho tiempo”, explicó hoy Wagner en una entrevista con Efe.
La francesa hace senderismo y caminatas todos los fines de semana en su país, con el apoyo de la asociación GTA Handic’Alpes, que anima a las personas invidentes a practicar deportes de montaña.
La iniciativa de viajar a Bolivia surgió el año pasado, cuando el presidente de la asociación, Philippe Gaudiez, le comentó que quería hacer un viaje a Bolivia para conocer sus montañas.
Wagner se apuntó a la travesía y llegó a La Paz hace dos semanas con Gaudiez y otras cinco personas de GTA Handic’Alpes y de la asociación Handicap Evasion, para hacer realidad esos sueños y motivar con su ejemplo a otras personas con discapacidad.
La caminata por la Cordillera Real y el ascenso al nevado Huayna Potosí, de 6.088 metros sobre el nivel del mar, fueron coordinados con la empresa de turismo Terra Andina Bolivia, que administra el francés Thibault Janin.
Tras arribar al país andino, Wagner y el resto de la delegación tuvieron tres días para aclimatarse y luego caminaron durante 11 días desde el pueblo de Copacabana, a orillas del lago Titicaca en la frontera con Perú, hasta el Huayna Potosí, situado a unos 25 kilómetros de La Paz.
Según la francesa, uno de los guías de montañismo que les asignó la empresa le confesó que tuvo miedo cuando le dijeron que había una invidente en el grupo, pero también le dijo que “ese miedo se perdió” cuando la vio caminar por las montañas.
El ascenso al Huayna Potosí comenzó el sábado en la noche y Wagner estaba decidida a llegar a la cima, pese a sentirse enferma.
“Llegué hasta 5.300 metros, pero después me sentí tan mal que tuve que bajar al refugio”, dijo la francesa, que quedó a 700 metros de la cumbre del cerro.
Su hazaña fue destacada por el veterano andinista boliviano Alfredo Martínez, quien a sus 76 años se declara como “el guía de montaña más viejo de Bolivia”.
“Quiero expresarle mi gran admiración. Que una dama intente subir el Huayna Potosí es increíble. Para mí, es una victoria de la mujer”, resaltó hoy Martínez en unas declaraciones a Efe.
El Huayna Potosí, que en aimara significa Cerro Joven, es uno de los principales atractivos turísticos de La Paz y también abastece de agua a esta ciudad y la vecina de El Alto.
La delegación retornará a Francia este martes, con la promesa de volver a Bolivia para que Wagner logre conquistar una de sus montañas.