El politólogo Farith Fraija, expresó este lunes en su columna de opinión que “el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992 fue la respuesta de los cuarteles al 27 y 28 de febrero de 1989. Era el mismo pueblo desde distintas circunstancias y roles dentro de la sociedad”.
“Fueron los sucesos del 27 y 28 de febrero de 1989 el hito histórico que marcaron el quiebre del sistema político venezolano y sembró de esperanzas a un pueblo que despertaba de un letargo de 30 años; pero fue en la rebelión del 04 de febrero donde surgieron los actores que hoy rigen los destinos del país”, indicó.
Asimismo, destacó que “los años 90 fueron la última década de un sistema político que se autorreferenciaba, y era incapaz de procesar de forma correcta las señales de deterioro y posterior debacle que se generaban desde todos los espacios de la sociedad venezolana. A partir de ese momento, fue la crónica de una muerte anunciada”.
A continuación la columna completa:
Hace 21 años, Venezuela, amaneció de golpe. Un grupo de jóvenes oficiales encabezados por el Teniente Coronel del Ejército Hugo Chávez, intentaba romper con el hilo constitucional, y darle fin al segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. Fue un acción cívico militar no muy común en nuestra región,pues fue eminentemente de izquierda y bolivariana.Comprender su significado histórico, nos hace remontarnos a 3 años antes de los sucesos de 1992, pues como lo sentenció en el extinto Congreso de la República el en aquel momento Diputado por la Causa R Aristóbulo Istúriz, “el 27 de Febrero no tiene ninguna diferencia con lo que acaba de pasar, son dos expresiones de descontento, son dos maneras de cobrarle a la democracia la deuda social que esta democracia tiene con el pueblo”.No tengo dudas al afirmar que el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992 fue la respuesta de los cuarteles al 27 y 28 de febrero de 1989. Era el mismo pueblo desde distintas circunstancias y roles dentro de la sociedad.Eran venezolanos y venezolanas quienes estaban padeciendo de un Estado en decadencia, sin capacidad de agenciar las demandas de las grandes mayorías sumidas en un estado de indefensión.Los años 90 fueron la última década de un sistema político que se autorreferenciaba, y era incapaz de procesar de forma correcta las señales de deterioro y posterior debacle que se generaban desde todos los espacios de la sociedad venezolana. A partir de ese momento, fue la crónica de una muerte anunciada.Lo paradójico, es que quien capitaliza políticamente lo sucedido no es el gobierno de Pérez, sino quienes protagonizaron y justificaron los hechos del 4 de febrero. Es una historia distinta donde hay una forma inversa de relacionar vencidos y vencedores, pues son justamente estos últimos los que a pesar de ser derrotados militarmente, siguen venciendo en la política venezolana y latinoamericana.También es una lección de democracia, pues luego de 6 años del intento militar de cambiar el gobierno y un sobreseimiento de la causa otorgada, fue conquistado los predios del poder político para transformar el Estado.Fueron los sucesos del 27 y 28 de febrero de 1989 el hito histórico que marcaron el quiebre del sistema político venezolano y sembró de esperanzas a un pueblo que despertaba de un letargo de 30 años; pero fue en la rebelión del 04 de febrero donde surgieron los actores que hoy rigen los destinos del país.
“Aquel 4 de febrero”
Por: Farith Fraija
Por: Farith Fraija