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domingo, 12 de mayo de 2013

Madre de la jueza Afiuni dice que el mejor regalo sería la libertad de su hija


Vamos a decir que estoy bien, aunque no sea así. Toda esta situación no tiene explicación”, manifestó la madre de la jueza María Lourdes Afiuni al referirse a lo que actualmente vive su hija.
Elina de Afiuni ofreció una entrevista al diario La Verdad, donde señaló que el mejor regalo para el Día de las Madres es la libertad de su hija.
“Ojalá pudiera ser eso: la libertad. Hoy hace la comunión mi nieta, que vive en Barquisimeto, y yo le pedí a Dios que me diera el regalo de poder ir con María Lourdes a la comunión de mi muchachita, pero no se dio. Quizás más adelante, los tiempos de Dios son perfectos“, dijo.
¿Qué más es capaz de hacer por su hija?
Yo he pensado hasta en hacer una huelga de hambre. Yo lo haría y sería muy radical. Pero yo no confío en esta gente, no confío en el Gobierno. Después de que vimos cómo Franklin Brito prácticamente murió en manos de ellos y uno no sabe qué fue lo que pasó allí, y que con solo levantar un teléfono ese señor estuviera vivo. Yo no sé ya qué pensar. Orar y orar, eso es lo que nos ha mantenido con fuerza.
¿Qué diferencias considera hay entre el sistema judicial actual y el sistema judicial del que formaba parte su hija?
Este es un sistema judicial que no existe. Aquí nadie hace nada sin esperar una llamada del Ejecutivo. Mi hija trabajaba con mucha mística. Era una persona que no soportaba tener a una persona detenida más de lo necesario. Se desvivía trabajando hasta tarde con tal de sacar todas sus cosas. Muy justa.
A la jueza Afiuni la catalogaban como “la presa de Chávez”. ¿Ahora es la presa de quién?
Yo quisiera que me lo dijeran. Quién es el que tiene la llave del candado. No sé si Nicolás Maduro heredó también los presos. Maduro debería pensarlo muy bien, porque esta situación fue una de las cosas que más perjudicó a Hugo Chávez en su gobierno. ¿Él también heredó la llave del candado de esta casa por cárcel que tiene mi hija? Hay herencias que no se deben aceptar.
¿Cómo describe la relación de usted con su hija? ¿Qué cosas han cambiado?
Nosotros siempre hemos sido una familia muy unida. María Lourdes fue siempre dedicada a su hija, ella no hacía mucha vida social. Su vida social era con la familia. Ahora estamos mucho más unidos que nunca. Yo no me separo mucho tiempo de ella, aquí nos reunimos todos. Vienen mis hijos, este es el centro de acopio de la familia. Siempre tratamos de que no esté sola, de que esté acompañada. Gracias a Dios tiene mucho apoyo de la iglesia, la visitan muchos sacerdotes, monjitas. Mucha gente que la acompaña y ora por ella. No me puedo quejar.
El día que pusieron presa a su hija, ¿qué fue lo primero que pensó?
Yo pensé que esto era mentira, que esto no podía ser. Mi hija estaba dándole una cautelar a ese señor. Ella no hizo nada irregular, yo estaba muy enterada de todo el caso porque lo hablábamos mucho en las noches, y ella no hizo nada que estuviera fuera de lo legal. Yo me preguntaba por qué motivo la van a poner presa. No lo podía creer.
¿Y lo más duro de todos estos días?
Lo más duro, la cárcel. Cuando a María Lourdes la llevaron al Inof y yo tuve que salir de la visita y dejarla allí. Eso siempre fue lo más duro: tener que irme de la visita y dejar a mi niña allí.