Brasil suspendió hoy la operación de cuatro termoeléctricas alimentadas con diesel gracias a que, con las represas en mejores niveles de agua por la regularidad de las lluvias, las hidroeléctricas del país están produciendo más energía, informaron fuentes oficiales.
Las térmicas desconectadas forman parte de un conjunto de plantas que fue accionado en octubre pasado para compensar la reducción de la producción en las hidroeléctricas por el menor nivel de agua en las represas, que al final del período de lluvias el año pasado estaba en su peor situación desde 2001.
Estas termoeléctricas sólo son operadas en caso de crecimiento de la demanda o reducción de la oferta ya que, por ser alimentadas con diesel, son altamente contaminantes y costosas, a diferencia de las hidroeléctricas, que no emiten gases contaminantes y se alimentan de agua.
La desconexión de las cuatro térmicas fue ordenada por el Comité de Vigilancia del Sector Eléctrico, un órgano gubernamental que reúne a representantes de organismos como el Ministerio de Minas y Energía, el regulador Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) y el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS).
Además de la menor necesidad de energía y su mayor nivel de contaminación, el organismo tuvo en cuenta el alto costo de operación de estas termoeléctricas al determinar su paralización, ya que cada una consume en promedio 260 millones de reales (130 millones de dólares) en diesel para funcionar.
Las plantas en que se suspendió la operación son Pau Ferro y Termomanaus, en el estado de Pernambuco (nordeste); Xavante, en el estado de Goiás (centro), y Potiguar I, en el estado de Río Grande do Norte (nordeste).
Las cuatro térmicas tiene una capacidad sumada para generar 334 megavatios.
Las termoeléctricas puestas en operación en octubre para compensar la reducción en las hidroeléctricas tienen una capacidad sumada de 11.347 megavatios, cerca del 18,3 % de la energía producida por el país.
El ministro de Minas y Energía, Edison Lobao, dijo esta semana que el Gobierno continuará vigilando el nivel de las represas para, en caso de que sea posible, desconectar otras plantas térmicas más costosas y contaminantes.
"Iremos evaluando la necesidad de mantener las que aún están en funcionamiento o si, a los pocos, podemos desconectarlas. La seguridad del sistema está garantizada. No hay ningún riesgo (de falta de energía)", afirmó el ministro.
Según datos oficiales, Brasil es uno de los países con la matriz energética más renovable del mundo, con el 75 % de la electricidad generada por hidroeléctricas.
Las fuentes de energía renovables del país, incluyendo recursos hídricos, etanol y biomasa, son responsables por el 45,3 % de la energía producida por Brasil.
EFE