"Cuando uno ve que en el país más desarrollado del mundo, en el que se supone debería haber estándares de salud, donde todavía se discute si le van a dar a salud o no a millones de personas, entonces yo también me considero entonces un país desarrollado, pero además desarrollado espiritualmente", afirmó Fernández.
"Estoy segura de que ningún argentino de bien puede discutir si vamos a ayudar a millones para que tengan una salud digna. Sin embargo, en otros lados se está discutiendo eso", dijo la mandataria, en referencia a las discusiones presupuestarias en Estados Unidos.
En un acto en la localidad bonaerense de La Matanza, Fernández afirmó ayudar a los más vulnerables es un "ejercicio de solidaridad" que no solo es un mandato político sino también "un mandato cristiano".
"Muchas veces siento hablar de Dios o del Evangelio, pero a Dios y al Evangelio hay que ponerlo en práctica junto a los más vulnerables y los que más sufren, como dice el Papa", sostuvo.
"Vamos a ir por otra década más de desarrollo para consolidar el crecimiento y profundizar los cambios y que nunca más seamos como el cangrejo. No quiero más un país cangrejo, que da dos pasos para adelante y veinte para atrás. Quiero un país siempre para adelante", añadió la presidenta.EFE