Palestinos e israelíes retomarán este domingo las negociaciones en el Cairo para tratar de consolidar el alto el fuego y avanzar en una solución global a la actual guerra en Gaza, confirmaron este sábado fuentes palestinas.
Según las fuentes, las perspectivas de ampliar e incluso afianzar de forma definitiva el cese de las hostilidades son optimistas después de un fin de semana en el que se ha respetado la última tregua de cinco días.
Con esta intención, la de lograr un alto el fuego permanente, viajará en las próximas horas a El Cairo el representante del movimiento nacionalista Al Fatah, Azam al Ahmad.
"Las reuniones comenzarán por la mañana y la perspectiva es buena. Podría haber buenos resultados a partir del lunes", día en el que expira la actual tregua, explicaron fuentes de la delegación, que pidieron no ser identificadas.
La misma visión la expresaron en días pasados miembros del grupo radical palestinos Yihad Islámica, una de las principales organizaciones combatientes, y del movimiento islamista Hamás, que desde 2007 tiene el control político de Gaza.
Los contactos, que se realizan de forma indirecta a través de la mediación egipcia, pretenden poner fin a más de cinco semanas de combates y bombardeos israelíes que han supuesto la muerte de casi 2.000 palestinos, el 75% de ellos civiles.
La destrucción y el número de víctimas mortales se multiplicó de forma exponencial cuando el Gobierno de Benjamin Netanyahu dio luz verde a una incursión terrestre que ha significado la muerte de 64 soldados israelíes.
Además, un civil israelí, un beduino y un trabajador extranjero han perecido a consecuencia de los más de 3.500 cohetes que las diversas milicias palestinas han lanzado desde inicio contra territorio israelí.
La discusión se centra, sobre todo, en las fórmulas para acabar con el bloqueo económico y el asedio militar que desde hace siete años asfixia la Franja y que es la raíz principal que ha desatado el conflicto armado.
Todas las facciones palestinas coinciden en exigir la apertura del paso fronterizo de Rafah, cerrado por Egipto, la reapertura del puerto de Gaza y la reconstrucción del aeropuerto destruido hace años.
El problema radica, sobre todo, en las garantías que exigen tanto Egipto como Israel, que se niegan a que el control de la frontera y de ambas infraestructuras, fundamentales para reconstrucción de la economía y la sociedad gazatí, queden en manos del movimiento islamista Hamás.
Israel exige, además, el desarme total de las milicias, demanda que incluso expertos israelíes, como Daniel Levy, ex consejero del asesinado primer ministro Yizhak Rabin, consideran inviable e inoportuna.
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea volvieron a plantear el viernes la puesta en marcha la Misión de Asistencia para el paso fronterizo de Gaza, un mecanismo policial que permitiría la presencia de mediadores internacionales.
La misión fue establecida en 2005 e incluía a 70 agentes de policía que colaboraban en el control del trafico de personas y mercancías en la citada frontera.
Sin embargo, fue anulada en 2007 después de que Hamás expulsara de Gaza a Al Fatah por la fuerza de las armas y se hiciera con el control de ese territorio palestino.
El Consejo de Exteriores de la UE, que insistió en que la vuelta al bloqueo previo a la actual ofensiva es imposible, renovó, asimismo, su compromiso de formar a policías y funcionarios palestinos en el control y gestión de puertos y aduanas.
Israel desconfía, además, del Gobierno de transición nacional palestino, formado el pasado junio tras un largo proceso de reconciliación entre Hamás y Al Fatah, y que se aprestó a socavar desde su inicio pese que en teoría, devolvía a este último parte de las responsabilidades en Gaza.
La parte palestina exige, igualmente, la puesta en libertad de los presos liberados y que fueron encarcelados de nuevo el pasado junio, y la apertura de un corredor que una Gaza y Cisjordania, como estipulan los acuerdos de Oslo.
Fuentes diplomáticas árabes informaron a Efe, por su parte, que las negociaciones siguen centradas en la propuesta egipcia, que incluye la ampliación del alto el fuego primero, y la negociación sobre el puerto y el aeropuerto inmediatamente después.
Además, se estudiaría la reducción de la zona colchón de 300 metros que Israel ha colocado en su frontera y el despliegue en la misma de fuerzas vinculadas a Al Fatah y a la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
En una fase posterior, se abordaría la espinosa cuestión de los prisioneros y la devolución de los cadáveres de soldados israelíes que las milicias palestinas tienen en su poder.
En Israel, solo el ministro de Finanzas, Naftalí Bennett, se ha referido en las últimas horas a una negociación que vuelve a suponer un quebradero de cabeza para el Gobierno de colación.
En declaraciones el viernes, tras el último consejo de ministros, el líder ultranacionalista y procolono propuso aliviar el bloqueo, como exigen los palestinos y la comunidad internacional, pero presentarlo como una decisión unilateral israelí, sin acuerdo formal con Hamás.
EFE