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jueves, 11 de diciembre de 2014

Ciudadano Informante.

Gloria Cuenca
 Había pensado escribi
r sobre esta hermosa fecha: Navidad. Sin embargo, una discusión muy interesante, con colegas y otros profesionales, sobre la confusión existente entre periodistas, comunicadores y locutores, casi planteando la vieja polémica: ¿periodista se nace o se hace? me motivó a escribir sobre este tema. 
El debate se produce, a partir del desconocimiento, generalizado, por demás, de lo que implican las nociones de información y  noticia. Esto ocurre al desconocer el significado de lo que es la información. Especialmente, al confundir el concepto con la noticia, homologándolos, se comete el error de creer que ambas  son lo mismo. Por otra parte, el Derecho a la Información, es un derecho humano fundamental. A partir de allí se hace imprescindible, establecer lo que la información, “dato reductor de incertidumbre”, (Claude Shannon, matemático, así la definió) implica. Mientras la noticia, palabra que viene del inglés “news”, lo nuevo, lo novedoso, requiere de factores que consigan hacer de una información, una noticia. Para ello se toma en cuenta la preeminencia del actor del suceso, lo actual, lo raro y, la novedad del mismo. Además casi siempre deberá “reducir la incertidumbre”, para poder calificar a la información de noticiosa. (No es redundante). 
Se puede decir, que toda noticia, debe ser informativa; sin embargo, no toda información es noticia. ¿A qué viene este recuento? Tal como he señalado, una discusión me hizo pensar, que es un asunto que debe ser compartido por todos, en especial, ahora que se le ha ocurrido al régimen, aprobar una Ley, cuyo objetivo es desprofesionalizar el periodismo y la comunicación social, como una nueva manera de insistir en su intención –confesa- de lograr la “hegemonía comunicacional”. Resulta trascendental ser capaz de reconocer que ese Derecho Humano, que es la Libertad de Información, va mucho más allá de la profesión periodística.
 No todos los humanos, ni los ciudadanos, son periodistas, ni siquiera comunicadores, lo que si pueden ser todos los ciudadanos es: informantes.  Para nada comparable, el ciudadano informante, con esa infame situación y acción de los “patriotas cooperantes”. Especie de sapo o chivato encargado de denunciar a quien actúa luchando a favor de la democracia venezolana. Imprescindible señalar que el ciudadano informante no es un periodista, ni tampoco un comunicador, es un ciudadano que puede contribuir a “reducir la incertidumbre” en una sociedad abierta. 
En efecto, la sociedad abierta, como bien dice Isaías Berlín, es aquella donde la circulación de la información, así como las noticias informativas, tienen un flujo permanente y es bastante sencillo comprobar la veracidad de las mismas, es decir, que efectivamente  sucedieron y son demostrables.  
En la medida que hay más democracia, hay mayor circulación de informaciones. Con el desarrollo de las redes sociales cada persona con  tecnología a su alcance puede ser un ciudadano informante. Deberá serlo consciente y con responsabilidad. Es una nueva forma de crecimiento ciudadano a favor del país. Trabajemos en ello. 
ivonandara02@gmail.com