El fenómeno de los combatientes extranjeros ha suscitado gran atención de la comunidad internacional por su rápido e inesperado crecimiento, ya que en la actualidad existen 25.000 de esos efectivos provenientes de 100 países desplegados en conflictos en Oriente Medio.
Así lo subrayó este lunes la presidenta del grupo de trabajo sobre el uso de mercenarios, Elzbieta Karska, al presentar un informe a la Asamblea General de la ONU.
El documento describe el alcance de ese fenómeno y las implicaciones en el respeto a los derechos humanos y el cumplimiento de las leyes. Considera que los combatientes extranjeros son individuos que dejan su país de origen para incorporarse en grupos armados insurgentes y no estatales.
"Las violaciones de los derechos humanos y las leyes humanitarias documentadas incluyen: ejecuciones, esclavitud sexual, violaciones sexuales y otras formas de violencia de género. Además, tortura, mutilación, desplazamiento forzoso, desapariciones forzadas, destrucción sin sentido de propiedad cultural, así como el reclutamiento forzado de niños para combatir", dijo la experta.
Una de las recomendaciones desprendidas del informe apunta a la cooperación internacional para compartir evidencia entre países como un paso fundamental en la rendición de cuentas, dadas las dificultades para investigar y juzgar a los perpetradores.