El cuarto Mundial femenino al que clasifica Venezuela en seis años es algo digno de resaltar y que invita a la reflexión. Porque el logro alcanzado por las chicas vinotinto ha sido conseguido gracias al trabajo de un grupo de entrenadores soñadores y no de la planificación realizada por la dirigencia que maneja al fútbol en el país.
Por supuesto, no se puede desconocer que Serafín Boutureira (presidente de la Comisión Nacional del Fútbol Femenino) y el propio Laureano González (presidente encargado de la FVF) han sido defensores del balompié femenino.
Sin embargo, no cabe la menor duda de que existen múltiples problemas en la actual Liga Femenina que se juega en el país, además es evidente la carencia de entrenadores con capacidad para formar jugadoras.
Son situaciones que el técnico de Venezuela, Kenneth Zseremeta, ha repetido hasta la saciedad.
Por eso, vale la pena preguntarse si estas chicas han conseguido todos estos logros con tales incovenientes, cómo sería el fútbol femenino si estas fallas no existieran. Definitivamente, Venezuela sería una potencia mundial en la disciplina.