El presidente de Siria, Bashar al-Assad, se dirigió este lunes al país y denunció una conspiración internacional en contra de su Gobierno. El mandatario convocó a un diálogo nacional y señaló la diferencia que hay entre las legítimas protestas que demandan reformas y los actos vandálicos que se han originado por parte de mercenarios.
Al-Assad afirmó que “no habrá reformas en medio del sabotaje y el caos", pero manifestó que le gustaría escuchar las demandas de las personas que manifiestan en su contra.
Esta fue la primera alocución del presidente sirio desde el pasado 16 de abril y la pronunció desde la Universidad de Damasco, capital.
Insistió en la existencia de un plan del exterior para desestabilizar el país, pero "esta conspiración ha fortalecido el país". En este sentido, responsabilizó a "grupos armados, delincuentes buscados por las autoridades y grupos de pensamiento islámico radical" de estar detrás de los incidentes y la crisis que vive la nación.
En referencia a los actos de violencia que se han registrado en el país árabe, el mandatario extendió sus condolencias a quienes perdieron a sus familiares. Además, dijo que estaba dispuesto a ampliar una amnistía a los opositores.
También, resaltó que los sirios deben resolver sus problemas por sí mismos y no a través de un intervención extranjera.
Al-Assad aseguró que convocará reuniones de "diálogo nacional", conformados por personas de distintos sectores, con la finalidad de discutir reformas.
"La Constitución será revisada y se cambiarán algunos artículos", anunció el presidente, quien a su vez informó que el Parlamento participará en los actos y modificaciones de la Carta Magna.
El gobernante destacó la importancia de las mesas de diálogos en las reformas, pero indicó que los cambios serán graduales pues "después de cinco décadas no se puede dar un gran salto hacia lo desconocido".
"El diálogo nacional es el título de la próxima etapa, un proceso muy importante porque el futuro de Siria depende él", señaló el mandatario, que se ha enfrentado a protestas desde el pasado mes de marzo, a favor y en contra de su administración.
Anunció además que el próximo mes de agosto se celebrarán elecciones legislativas y que para el mes de septiembre habrá concluido el proceso de reformas. En este sentido, prometió modificar el manejo gubernamental de los medios de comunicación, las elecciones locales, otorgar la nacionalidad para los kurdos, acabar con la corrupción y crear los "canales adecuados" para la participación política.
“Debemos restablecer todo lo que ha sido destruido", dijo al recordar los actos vandálicos que se han originado e invitó a los sirios que huyeron a Turquía y otros territorios vecinos a regresar a sus casas.
El mandatario introdujo medidas como la derogación del estado de emergencia vigente desde 1963, principal tema de disturbios, la modificación del gabinete y la liberación de prisioneros políticos.
teleSUR-El País-Prensa Latina/yi-PR