El juicio contra el expresidente tunecino Zine El Abidine Ben Alí y su esposa Leila Trabelsi, ambos prófugos de la justicia desde que escaparon del país el pasado 14 de enero tras las revueltas populares, se ha iniciado hoy. En un comunicado lanzado por sus abogados en el Líbano, Ben Alí ha negado hoy que mandase al Ejército disparar contra los manifestantes, que demandaban su salida del poder.
Los abogados del expresidente tunecino han solicitado que se posponga el juicio que comenzó esta mañana en el tribunal de primera instancia de Túnez. El proceso, que comenzó en un ambiente tenso y con gran asistencia de público tanto en el interior como en el exterior de la sala, iba a desarrollarse en ausencia de Ben Alí y de su esposa, ambos prófugos de la justicia desde que escaparon del país el pasado 14 de enero y actualmente están refugiados en Arabia Saudí. Después de la lectura del acta de acusación, los representantes del depuesto presidente han pedido una prórroga para poder preparar mejor su defensa.
En su comunicado, el defenestrado presidente tunecino ha rechazado todas las acusaciones. Ben Alí niega haber estado en posesión de las fabulosas sumas de dinero encontradas en su residencia que le atribuyen las autoridades y asegura que las armas halladas en los registros son de caza y obsequio de mandatarios extranjeros. Igualmente rechaza la imputación de consumo de estupefacientes.
El expresidente tunecino está acusado de homicidio voluntario, abuso de poder, complot contra la seguridad del Estado, malversación de caudales públicos y blanqueo de dinero, entre otros cargos. Podría ser condenado a una pena que va de los cinco años a la pena de muerte. Es el primer juicio público a las prácticas de un gobernante cuyo estilo autocrático prendió la mecha de la primavera de las revueltas del mundo islámico que ha recorrido Oriente Próximo.
El matrimonio presidencial huyó del país empujado por las protestas contra el corrupto régimen, y encontró refugio en Arabia Saudí. El Gobierno de transición tunecino ha reclamado sin éxito su detención y extradición para ser juzgado de estas y otras acusaciones. El jefe del Gobierno provisional tunecino, Beji Kaid Essebsi, anunció al comienzo de la pasada semana que Ben Alí sería además sometido a la jurisdicción de un tribunal militar.
Este sábado, el secretario general del colegio de abogados tunecinos, Mohamed Rached Fray, anunció su total rechazo a asumir la defensa del mandatario prófugo, tras haber sido designado de oficio. No obstante, aclaró que cinco letrados asistirán al procesado y él sólo se ocupará de la organización del equipo jurídico para garantizar el buen desarrollo del proceso judicial y garantizar los derechos de defensa del acusado.
Las protestas que desembocaron en la huida del país de Ben Alí comenzaron el pasado diciembre después de que el joven Mohamed Bouazizi se prendiera fuego en la localidad de Sidi Bouzid en protesta por los malos tratos policiales y de las autoridades locales. La protesta social puso fin a la dictadura de Ben Alí en la que fue denominada Revolución del jazmín y en la que perdieron la vida unas 300 personas.
EL PAIS/AGENCIAS