La reina Isabel II y el primer ministro neozelandés John Key fueron algunas de las muchas personalidades que felicitaron a los All Blacks tras su ajustada victoria ante Francia en el mítico estadio de Eden Park.
El equipo estaba bajo mucha presión para ganar un título que no conseguía desde 1987, en la primera edición del mundial de rugby, también en una final contra los galos.
Para la prensa neozelandesa, el título es también el fin de una maldición, más aún contra Francia, considerada por muchos como "la bestia negra" de Nueva Zelanda en los mundiales.
La federación neozelandesa de rugby tiene ahora la intención de seguir celebrando el título, con desfiles en las ciudades de Christchurch, el martes, y Wellington, el miércoles.
EFE