El ministro de Información del Consejo Nacional Transitorio libio (CNT), Mohamed Shamam, ha rechazado una eventual investigación internacional sobre la muerte de Muamar el Gadafi, que calificó de "provocación".
"No vamos a plegaremos a una provocación internacional en este asunto", dijo la noche del domingo a Efe el ministro, sobre una eventual investigación sobre la muerte, en extrañas circunstancias de Gadafi, cuando se encontraba bajo arresto por parte de los rebeldes.
Según la versión oficial, Gadafi murió en un tiroteo el pasado jueves cuando era trasladado por milicianos de Sirte a Misrata.
No obstante, algunos vídeos muestran que Gadafi fue golpeado por los rebeldes y no hay ninguna grabación sobre el supuesto intercambio de disparos en el que murió el coronel.
"Fue el Occidente hipócrita el que lo ensalzó (a Gadafi), ¿no estuvo (el ex primer ministro británico Tony) Blair en su jaima? ¿no le dio la mano (al primer ministro italiano Silvio) Berlusconi?. Ahora quieren hablar de unos jóvenes que sentían un tipo de furia hacia un asesino, criminal y dictador", dijo el ministro, que reconoció que "si hicieron algo, pudo ser un comportamiento equivocado".
Sin embargo, justificó a los combatientes asegurando que "esos jóvenes combaten en el desierto, los llamó ratas, se lo encontraron delante, ¿qué iban a hacer, darle un beso en la cabeza? Seguro que se comportaron con ira", agregó sin dar más detalles.
Shamam se quejó asimismo de que durante 42 años ningún país ni "ni una sola comisión" viajó a Libia para investigar ningún crimen, como lo ocurrido en la prisión de Abu Salim en 1996, en la que fueron asesinadas 1.200 personas en un día.
"El mundo está lleno de crímenes horribles", dijo Shamam que puso como ejemplo las prisiones estadounidenses o la muerte de Bin Laden y el abandono de su cadáver en el mar, antes de apuntar que estas cuestiones no han sido investigadas.
Finalmente, sobre la sepultura del cadáver de Gadafi y la de su hijo Mutasim comentó que el Gobierno actuaría siguiendo los consejos del presidente el Consejo Supremo de los Edictos Religiosos, Sader al Geriani.
EFE