Andrés Cañizales, profesor de la escuela de Comunicación Social de la UCAB, dijo este lunes que en el contexto venezolano "informar puede ser un delito". Aseguró que cuando se defiende a Globovisión ante la sanción de Conatel se protege la posibilidad de los ciudadanos de manifestar sus inquietudes, deseos y problemas. "Los medios oficiales están cerrados a la denuncia", añadió.
Explicó que existen una serie de casos en los tribunales contra de los medios de comunicación y siempre la sentencia significa una censura, pues no existe libertad del poder judicial.
Gabriel Reyes, especialista en Comunicación Pública, agregó que la celeridad con la que han sido ejecutados los procesos contra Globovisión no es igual a la que se usa en las demandas a los canales gubernamentales, lo que "es un indicador suficiente para decir que algo no funciona bajo el estricto sentido de la justicia".
Eso, continuó, le da más permanencia a la vida del medio pero genera la autocensura, lo que al final hace sufrir a la colectividad pues se queda sin la información necesaria.
Según Reyes, los medios son los "guardianes de la democracia", pero en las sociedades no democráticas la verdad genera miedo y el Gobierno pretende construir un latifundio radioeléctrico. Cañizales señaló que, sin embargo, la audiencia no es pasiva y sólo ella escoge lo que desea ver