El domingo a las 7.00 de la mañana, Everson Gutiérrez de 31 años de edad salió corriendo de su vivienda con la ropa llena de sangre. Apuñaló 24 veces a Karelis Medina de 27 años, su esposa desde hace 10 años.
A su hija, de ocho años, le clavó el cuchillo al menos 11 veces y al varón, de tres años, lo hirió tres veces en los brazos y el cuello.
El hecho ocurrió en el barrio Brisas del Morichal, en la vía que conduce hacia La Rinconada, entrando por el Hotel Oasis.
El llanto de los pequeños despertó a los vecinos del barrio Brisas del Morichal anunciando que algo sucedia. Salieron y vieron la cerca de zinc abierta y entraron. A la esposa de Gutierrez la encontraron tirada en el piso con sus dos pequeños a los lados llenos de sangre.
Los muebles, las paredes moradas y las puertas de latón blanco estaban teñidos de rojo.
María Fernández, quien vive a dos casas de las víctimas describió que “Karelis trataba de hablar, pero le costaba, se ahogaba con la sangre. Tenía como tres huecos entre los senos, otros más en el pecho y una herida muy grande en la espalda. Eso fue lo que le vi. Estaba bañadita en sangre”.
Jhon Jairo Valencia, esposo de Fernández, buscó un taxi y con ayuda de otros vecinos, montó a Medina y sus dos pequeños en el carro. Michell, otra amiga, los acompañó hasta el Hospital Universitario de Maracaibo.
En la emergencia los separaron. A los pequeños les curaron las heridas de los brazos y del cuello; mientras que a su madre le hicieron una transfusión. “Casi llega desangrada”.
Con información del Diario La Verdad