El Gobierno de Ecuador invertirá más de 21 millones de dólares en desactivar 15.600 minas explosivas antipersonales en zonas de su frontera con Perú, donde hubo una guerra no declarada entre ambos países hace 18 años, anunció la ministra de Defensa, María Fernanda Espinosa.
"Estamos hablando de cerca de 22 millones de dólares, lo que costaría poder concluir" el proceso de desactivación de minas en la zona fronteriza, señaló Espinosa durante un recorrido por algunos sitios limítrofes de la provincia amazónica de Morona Santiago.
Las minas fueron colocadas durante el conflicto bélico entre Ecuador y Perú, de enero a febrero de 1995, cuando se disputaban una zona carente de hitos de demarcación en la frontera amazónica.
Las escaramuzas militares y diplomáticas del pasado tuvieron fin con un acuerdo definitivo de paz suscrito por los dos países en octubre de 1998, bajo la observación de cuatro países garantes: Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos.
Unas 6.000 minas han sido ya desactivadas en la frontera ecuatoriana, pero existe el compromiso de Perú y Ecuador de liberarse hasta 2017 de esos artefactos escondidos en la selvática frontera común.
Espinosa recordó que son 15.600 las minas identificadas en los registros que Ecuador tendría que desactivar en cuatro años y aseguró que para hacerlo existe el "compromiso del Gobierno" y una "capacidad técnica y operativa".
Además, recordó que Ecuador dispone de una "Escuela de formación de desminadores" que, además, "se ha ofrecido como un servicio a todo el mundo".
La desactivación de las minas en esa región está a cargo del Comando General de Desminado, una unidad operativa del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que tiene su sede en el Batallón de Selva "Santiago", situado en el sureste de Ecuador, cerca de la frontera con Perú.
Paz definitiva entre Ecuador y Perú
Sin embargo, Espinosa recordó que en este mes concluye la cooperación que brindaba la Junta Interamericana de Defensa (JID) de la Organización de Estados Americanos (OEA), ya que el Gobierno ecuatoriano ha decidido retirarse del órgano de seguridad continental.
"Tenemos que buscar otras alternativas" de apoyo, dijo la ministra al hacer un llamamiento a la comunidad internacional "para que se comprometa y mantenga su apoyo" al plan de desminado en la frontera binacional.
Recordó que hay "países que han venido apoyando desde el inicio" el proceso, como Brasil y Chile, y que hay otros fuera de la región, como Noruega y Suiza, "que están muy interesados en el tema del desminado".
Los recursos, apuntó, "los tenemos que conseguir", ya sea a través del presupuesto del Estado o de aportes de la comunidad internacional.
Indicó que entre las necesidad urgentes que requiere la labor del desminado se incluyen un helicóptero de mediana capacidad para transportar personal y materiales y uno pequeño para atender algún eventual accidente que pudiera ocurrir.
La inversión en este capítulo, dijo Espinosa, debe ser entendida como "un costo para construir la paz definitiva" entre Ecuador y Perú, que libran juntos una batalla contra las minas que escondieron en la frontera durante el conflicto.
Incluso opinó que los países que en el pasado produjeron minas antipersonales (como Estados Unidos, España, Brasil, Rusia o Israel) deberían tener una corresponsabilidad en la desactivación de este tipo de explosivos prohibidos en la actualidad.
"Hay una responsabilidad histórica de los países que produjeron esas minas y las vendieron en periodos de guerra", subrayó la ministra al señalar que, sin ánimo de culpar a ningún Estado, "quizá hay una deuda moral" de aquellos países proveedores.
Para Espinosa, "el compromiso es de todos. Debe ser un sueño de las personas que creemos en la paz, establecer una corresponsabilidad planetaria y ponernos una fecha límite para poder decir: en tal año el planeta no va a tener una mina más en tierra".
EFE