John Zawahri, el joven de 23 años autor del tiroteo la semana pasada en Santa Mónica (EE.UU.) que acabó con la vida de cinco personas, dejó una nota en la que se disculpó por asesinar a su padre y su hermano, revelaron las autoridades locales.
Zawahri, que mató a tiros a sus familiares antes de hacer arder la residencia en la que vivía con su padre, escribió a mano una carta de entre tres y cuatro páginas en cuyo contenido "principalmente" se despedía de sus amigos y hablaba de su familia en un tono "coloquial" y sin "odio", según la Policía.
"Sentía haber matado a su padre. Sentía haber matado a su hermano, así que esperaba que su madre recibiera la asistencia económica adecuada. Y dijo adiós a sus amigos", explicó la sargento del cuerpo de Santa Mónica Jacqueline Seabrooks. "Fue más como una despedida", añadió.
En la nota no se explica el motivo por el que el joven emprendió ese tiroteo por las calles de Santa Mónica que provocó la muerte de cinco personas.
El incidente tuvo lugar el pasado viernes, después de que el joven hiciera arder una vivienda en la que se encontraban su padre y su hermano y saliera a la calle armado con un fusil de asalto AR-15, 1.300 balas en varios cargadores y chaleco antibalas, disparando a discreción en el campus de Santa Mónica College.
Según la investigación, Zawahri disparó contra el vehículo donde viajaban Carlos Franco, un empleado de mantenimiento, y su hija Marcela, que habían acudido al campus para comprar libros de estudio para la joven.
Carlos, de 68 años, murió el viernes y Marcela, de 26, falleció el domingo tras serle retirado un respirador artificial.
Zawahri, que causó el pánico en varias calles de Santa Mónica, encontró resistencia policial en el exterior del centro de enseñanza superior, en cuya biblioteca trató de refugiarse y donde fue tiroteado por las autoridades.
El sujeto sufría problemas mentales, tal y como explicó al canal CNN una fuente con conocimiento de la investigación, y había sido hospitalizado hace un par de años.
La otra víctima fue Margarita Gómez, una mujer de 68 años que solía buscar botellas y latas entre la basura del campus para reciclarlas.
EFE