De forma titubeante, y con algún paso atrás que otro, pero la economía europea muestra síntomas de haber dejado atrás lo peor de la crisis.Tras un tercer trimestre decepcionante, el PIB de la eurozona retomó el vuelo entre octubre y diciembre del año pasado al crecer un 0,3%. No se trata de un gran salto, pero es algo superior a lo que esperaban los analistas y confirma ya una tendencia: son ya nueves meses consecutivos en los que la economía europea puede exhibir tasas de crecimiento positivas, según la primera estimación que acaba de publicar la agencia estadística europea, Eurostat.
Para explicar esta mejoría hay que acudir a las grandes economías de la zona euro. El PIB alemán repuntó un 0,4%, mientras que Francia salió del estancamiento del trimestre anterior para crecer un 0,3%, el mismo porcentaje registrado en España, como ya había avanzado el Banco de España. Las buenas noticias procedentes de Alemania se explican por la buena evolución del comercio exterior –con unas inversiones públicas estancadas y un consumo privado ligeramente a la baja-, mientras que en Francia hay que atribuirlo al consumo privado y a la recuperación de la inversión. El cuarto trimestre del año puede exhibir además otro dato positivo: es la primera vez en todo 2013 que el PIB de la eurozona crece también en términos interanuales, es decir, si se compara con el mismo periodo de 2012.
La tendencia es positiva, pero el crecimiento es aún demasiado débil para bajar los niveles de paro, que en la eurozona sigue en torno al 12%. “Los datos de hoy son una buena noticia, pero la mejora respecto a lo esperado es solo de un 0,1%. No es un gran avance. Y grandes países como Italia continúan con unas tasas de crecimiento demasiado bajas”, resume el investigador de Bruegel Andre Sapir.
Portugal, que a punto de concluir su rescate sigue conjugando buenas cifras macroeconómicas con un panorama social mucho más preocupante, exhibió un crecimiento más robusto que el alemán (0,5%); mientras que Holanda llegó hasta el 0,7%. La recesión parece abandonar incluso a los más rezagados. A falta de conocer los datos de Grecia y Malta, solo continúan en tasas negativas Chipre y Finlandia, que se incorpora al furgón de cola tras encadenar dos trimestres consecutivos de descensos, con un desastroso -0,8% entre octubre y diciembre.
Pese a la mejoría, Europa está lejos de poder hablar de una recuperación total. El paro sigue estando en niveles muy altos, con situaciones alarmantes como la de España y Grecia, país en el que el desempleo ya afecta al 61% de los jóvenes. La baja inflación es otra de las incertidumbres, así como el efecto que las turbulencias en países emergentes como Argentina o Brasil puedan tener. “Creemos que Europa no se verá afectada, pero si la situación se deteriorara más, con una especial atención en China, podría suponer un riesgo mayor”, sostienen los economistas de Goldman Sachs en un informe publicado ayer, antes de conocer los datos de Eurostat.Los datos son mejores si se amplía el foco a toda la UE. La economía de los 28 creció un 0,4%. Para explicar esta tendencia, es capital la importancia del Reino Unido, que se mantuvo a lo largo de todo 2013 en altas tasas altas de crecimiento.
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