La subida del IVA del pasado abril está pasando factura a la economía japonesa más de lo esperado. La tercera economía mundial entró este lunes técnicamente en recesión al conocerse que el PIB nipón cayó un 0,4% en el tercer trimestre (lo que equivale a una tasa anualizada de caída del 1,6%), una bajada que se añade al descenso del 1,9% (7,3% anualizado) registrado entre abril y junio. Estas circunstancias complican enormemente los objetivos del primer ministro del país, Shinzo Abe, que desde que llegó al poder ha puesto en marcha medidas contundentes para que el país abandone más de 15 años de estancamiento económico y deflación. En tasa interanual, la economía japonesa desciende un 1,2%.
La caída del tercer trimestre se ha atribuido principalmente al incremento del IVA en abril, que pasó del 5% al 8%. El ministro de Economía japonés, Akira Amari, aseguró el lunes que el efecto por la subida impositiva “ha sido mayor de lo esperado”, según recoge la agencia de noticias Kyodo. El consumo interno, que supone un 60% del PIB del país, creció solamente un 0,4% durante el tercer trimestre mientras que la inversión de las empresas y del sector inmobiliario bajó un 0,2% y un 6,7% respectivamente. Los números publicados hoy divergen mucho de lo esperado por los analistas, que auguraban un repunte de hasta el 2%. La Bolsa de Tokio respondió hoy al anuncio con fuertes pérdidas y cerró la jornada con un descenso del 2,96%.
Con la economía en recesión, las posibilidades de que Abe convoque elecciones anticipadas aumentan exponencialmente. Los periódicos locales Sankei Shimbun y Mainichi Shimbun publicaron antes de que se conocieran los datos que el primer ministro “tenía decidida” la convocatoria electoral para finales de año. El Partido Liberal Demócrata (PLD) de Abe se presentaría a los comicios con la máxima de no llevar a cabo una nueva subida del IVA, que aprobó el anterior ejecutivo para octubre de 2015. Aunque con mucha controversia, el parlamento nipón dio luz verde a la medida en 2012 a iniciativa del entonces primer ministro Yoshihiko Noda, del Partido Democrático de Japón (PDJ), que la defendió como el remedio para hacer frente a la ingente cantidad de deuda pública y a la financiación de la seguridad social.
“El Gobierno analizará cuidadosamente si se debe proceder o no con la segunda subida de impuestos”, aseguró Amari. Abe podría disolver la Cámara de Representantes esta misma semana y el país celebraría los comicios a finales de año, por lo que el nuevo parlamento tendría prácticamente todo el 2015 para discutir si pospone o cancela el nuevo incremento. En principio, el primer ministro no necesita elecciones para derogar el plan del anterior gobierno, ya que su partido cuenta con una amplia mayoría en ambas cámaras. Sin embargo, Abe querría dar un golpe de efecto y conseguir el respaldo de los electores al tratarse de un cambio sustancial en la política económica del país. De ser elegido nuevamente, también le permitiría encarar otros cuatro años de mandato —la legislatura actual termina oficialmente en 2016—.
Ante el flaqueo de la economía, el Banco de Japón acordó a finales de octubre ampliar su programa de estímulos con más dinero en los mercados financieros y mayores compras de deuda pública. Con esta medida, el organismo regulador espera lograr una tasa de inflación cercana al 2% a mediados de 2015 y reavivar la tercera economía mundial. Algunos analistas defienden, sin embargo, que la actuación del banco central podría no surtir efecto si no se lleva a cabo una política fiscal acorde a las circunstancias.EL PAIS