La celebración de San Valentín en el sudeste asiático no sólo constituye un festín consumista a la usanza de Occidente. También es una fecha que las autoridades de países como Tailandia, Camboya o Indonesia utilizan para prevenir sobre las relaciones prematrimoniales en un ejercicio de moralidad apoyado, como en el caso tailandés, con el despliegue de las fuerzas de seguridad.
A principios de esta semana, el Centro de Promoción de la Moral del Ministerio de Cultura ha lanzado una campaña para intentar contrarrestar los datos difundidos por ese mismo departamento, según los cuales un 85 por ciento de los adolescentes tailandeses planean tener relaciones sexuales con su pareja aprovechando esta jornada.
“Esto nos llevará a problemas morales y a embarazos a unas edades en las que no están preparados (para ser padres)“, ha manifestado Chaweerat Kasetsunthorn, asesor del Ministro de Cultura, en una rueda de prensa.
“Si los chicos se quieren es mejor liberar pájaros o peces (una costumbre budista, la religión mayoritaria del país) o ir a un templo“, le secundó Pirapong Saicheua, un portavoz del ayuntamiento de Bangkok, la capital nacional, en declaraciones a la agencia Reuters.
Es cierto que Tailandia se enfrenta a uno de los índices de embarazos en adolescentes más altos de toda la región. La ONUestima que estos casos se han incrementado un 43 por ciento en la última década.
Pero también es un hecho que pese a la imagen libertina que se ha generado en torno al país asiático -considerado como uno de los principales destinos sexuales del planeta-, la sociedad local sigue dominada por el conservadurismo que exhiben sus élites, exacerbado ahora por los golpistas que se hicieron con el poder en mayo pasado. Los mismos que, según la página web Prachatai, pretenden implementar una nueva normativa que proscriba lo que califican de “comportamiento sexual desviado” y donde se incluirían prácticas como el sexo en grupo o el sadomasoquismo.
Un alto cargo del ministerio del Interior anunció días atrás que las fuerzas de seguridad reforzarán el control de hoteles y bares en este día de San Valentín, en lo que constituye un operativo que se repite cada año porque -según el funcionario- en esta jornada “hay riesgo de crímenes, problemas sexuales y otros accidentes”. Asimismo, el mismo representante público advirtió que los propietarios de los hoteles serán responsables de asegurarse que no admiten clientes menores de 18 años salvo que vayan acompañados de un “guardián”.
Como adelanto, las fuerzas de seguridad lanzaron este viernes una arremetida contra la distribución de drogas en lugares tan emblemáticos como Pukhet bajo el slogan “campaña para limpiar San Valentín” y exhibieron a varios de los pequeños traficantes que detuvieron.EFE
