(Bogotá, 15 de febrero. EFE) - De los “perros mudos” que Cristóbal Colón encontró en las Antillas no queda rastro, pero cinco siglos después hay una amplia variedad de razas caninas latinoamericanas y la última catalogada es colombiana.
Un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional (UN) acaba de anunciar al mundo que Colombia sí tiene su raza canina, el sabueso fino colombiano, un “perro de tamaño medio, buen olfato, pelo corto, ojos almendrados y largas orejas”, según lo describe UN Periódico, una publicación digital de ese centro de enseñanza superior.
Hasta ahora no había ningún colombiano en la lista de perros latinoamericanos, entre los cuales están el chihuahua mexicano, el bichón habanero, el dogo argentino, el fila brasileño, el cimarrón uruguayo y los sin pelo de Perú, Ecuador y Cuba.
Cuando llegaron por primera vez a América,los españoles descubrieron con asombro unos perros que no ladraban a los que llamaron “mudos”, según escribieron Cristóbal Colón en su Diario y varios cronistas en distintas obras.
En los siguientes viajes trajeron al Nuevo Mundo perros europeos para compañía, caza y también para los combates con los indios.
Los nombres de algunos de esos canes guerreros que aterrorizaban a los indios durante la conquista han pasado a la Historia, como los de Becerrillo, Leoncillo y Adamis.
Mariposa, una perra del departamento colombiano de Santander, ha protagonizado una historia sin mayúsculas y sin sangre, 500 años después.
Su dueño, Elver Marín, que tiene un criadero de sabuesos en la localidad de Puente Nacional, relató a Efe que hace ya tiempo colocó un aviso en una web pidiendo ayuda para caracterizar a Mariposa y un grupo de estudiantes de veterinaria de la Universidad Nacional, encabezados por Jonathan Álvarez, le respondieron.
Los estudiantes, ayudados por Marín, se dieron a la tarea de localizar perros como Mariposa por todas las “veredas”, las aldeas rurales del país.
Con el respaldo del Grupo de Estudio de Genética Animal de la UN, los estudiantes caracterizaron al can de manera morfológica (forma y estructura) y morfométrica (mediciones corporales para verificar la similitud en sus dimensiones) para determinar si poseía rasgos transmitidos de generación en generación que permitieran su prevalencia en el tiempo, señala la web universitaria Un Periódico.
Al cruzar los datos y hacer un análisis estadístico, los investigadores hallaron que no había diferencias significativas en la mayoría de medidas, por lo que se confirmó la hipótesis: el perro de cacería tradicional campesino era el mismo en toda Colombia, señaló Un Periódico.
Según la FAO, son cuatro las características que definen una raza canina: que tengan la misma función (trabajo, cacería, compañía), que compartan el hábitat, que las características fenotípicas se den a través de las generaciones y, finalmente, que los criadores los consideren una raza.
“Pienso que hemos ubicado unos 150 ejemplares, pero si tuviéramos dinero para hacer la labor en otros sitios encontraríamos más de 10.000 que cumplen el estándar”, asegura Marín, quien ha heredado de su padre, de 88 años, el amor y el interés por los perros.
Desde la página web del Criadero de Sabuesos Don Laureano Marín, “Chejo”, como es apodado Elver, ha lanzado un mensaje a los propietarios de sabuesos finos colombianos en el que les informa de que el mes pasado se creó una asociación “con el ánimo de trabajar para que nuestra raza no desaparezca”.
“S.O.S. Conserve su perro Sabueso Fino Colombiano, prontamente tendrá un enorme valor y su precio mejorará”, señala el aviso en el que también se piden donaciones para la tarea de preservar la raza.
Hoy en día un cachorro de esta raza se vende por 200.000 pesos (unos 100 dólares), mientras que uno de pastor alemán “normalito” puede costar unos 500.000 (250 dólares), dice Elver Marín, quien precisa que los sabuesos finos ya adiestrados para la caza pueden venderse “por hasta 4 millones (2.000 dólares)”. señala Marín.
Según la web del criadero de Marín, “el Sabueso Fino es un perro de cacería evolucionado en Colombia a partir de las razas de sabuesos introducidos por europeos desde 1492 hasta 1830 (sabueso español, pointer, foxhound y galgo) con él se caza el tinajo (Agouti paca, guagua, guartinaja, lapa, capa) y otras variedades de roedores”.
Marín cuenta en la web que este perro recibe nombres diferentes en Colombia, como chapolo, tinajero, guartinajero, perro fino, bramador, berriador, pero los implicados en el reconocimiento de la raza decidieron llamarlo, “después de una ardua discusión”, sabueso fino colombiano.
Ahora los estudiantes de la UN, Marín y miembros del Club Caninio Colombiano que les respaldan están dedicados a convencer a los criadores de que eviten el cruzamiento con razas extranjeras como bassethound, beagle o azul de Gascuña.
Ana Mengotti