Pesebres desde el saber comunal: una tradición arraigada en Guárico
San Juan de los Morros, 22 Dic. AVN.- Eleonora Perdomo lleva más de 25 años elaborando el pesebre navideño en distintas comunidades del estado Guárico, en los llanos centrales de Venezuela. Aprendió de su abuela Vacilia de Perdomo, quien tiene 86 años de vida y 65 de ellos dedicada a las tradiciones decembrinas.
En la comunidad de Los Bagres, en San Juan de los Morros, la capital de Guárico, propios y visitantes se detienen para observar en Navidad, cerca del río El Castrero, lo que por tradición se ha institucionalizado: el pesebre hecho con hojas de maíz.
Con envases plásticos, barba de maíz, tusa, silicón, cartón, vástago de cambur y pintura al frío, los llaneros elaboran las piezas que recrean el nacimiento del Niño Dios. "En familia planificamos lo que será el pesebre de cada año. Es una fiesta que juntos hemos mantenido", cuenta Eleonora Perdomo.
Meses antes van por las comunidades dictando talleres sobre la elaboración de las piezas,incluidas la teoría y la práctica. "Este año visitamos seis comunidades en la capital del estado y los pobladores se encargaron de llevar los conocimientos a otros lugares", comenta.
Al terminar cada actividad, se exponen las piezas elaboradas en las plazas, Bases de Misiones y consejos comunales. "La idea es que las tradiciones no se pierdan, que se sigan fortaleciendo con el transcurso del tiempo (...) Es muy bonito y gratificante que este trabajo perdure de generación en generación", señala.
Paso a paso
Vacilia de Perdomo, la más antigua en el oficio, recomienda remojar las hojas de maíz durante cinco minutos y seleccionar con amor cada tira que se tejerá. "Es una creación para rememorar el nacimiento del hijo de Dios; por eso se debe hacer con mística", precisa.
La misma hoja de maíz se cultiva en la comunidad. "Mi abuelo siembra todos los años, y de esa cosecha, tomamos el material que se empleará para la elaboración de los pesebres", comenta Eleonora, quien este año inspiró a un colectivo de jóvenes a sumarse a la idea.
"Es un trabajo sencillo: luego de seleccionar el capullo, se corta en tiras y se teje en forma de espiral con una aguja punta roma hasta tener la figura deseada. Todo se reduce a los materiales de provecho que expulsa la madre naturaleza. Es un regalo que viene del mismo Dios", añadió.
Según las especialistas, la hoja debe estar suave y blanca para que las piezas tengan un buen acabado. "La creatividad es un ingrediente fundamental", coinciden.
El trabajo en la comunidad para exponer el pesebre dura dos días y consta de ochos figuras: San José, la Virgen María, El Niño Jesús, Los Reyes Magos, la mula y el buey.
Felicia de Perdomo lleva 35 años en esta tarea, y desde septiembre hace la planificación cada año. "Venezuela se caracteriza por el amor a la cultura, y Guárico es ejemplo del rescate de las tradiciones", puntualiza.
"El costo de la elaboración del pesebre es mínimo porque la voluntad y el amor son los principales ingredientes para elaborar el pesebre", añadió.
Se esfuerza para que sus hijos no abandonen la iniciativa colectiva. "Es un bello trabajo que viene de las propias comunidades, y sería lamentable que se dejara perder", estima.
En enero, el pesebre se desmonta con la tradición de la paradura del niño, muy común en Venezuela. Se selecciona una casa con el nacimiento más atractivo, se esconde el Niño Jesús y se sigue con la parranda buscándolo. Es también una fiesta comunal.
La preservación de todas estas tradiciones también ha contado con el apoyo institucional de la Gobernación, que financia proyectos socioculturales impulsados por los consejos comunales. En los últimos tres años ha transferido de manera directa recursos para la ejecución de proyectos culturales, que involucran la formación, difusión y promoción de la cultura en cualquiera de sus manifestaciones.
El saber comunal se pone al servicio del colectivo, integrando la experiencia, el amor y la disposición para realizar los trabajos propios de la época decembrina.
Desde San Juan de los Morros se ha expandido esta actividad, que reúne a niños, adolescente y adultos, y representa hoy día una alternativa cultural que desde los llanos centrales se entrega para toda Venezuela.