2015 se recordará como el año que vio una huida sin precedentes de personas a Europa. Algo más de un millón de migrantes abandonaron su país para escapar de conflictos armados, de la pobreza y de la represión, según los datos que dieron a conocer este martes la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Hasta el 21 de diciembre, ACNUR calcula que 972.500 personas cruzaron el Mediterráneo, a las que se añaden 34.000 que llegaron por tierra a Bulgaria y Grecia desde Turquía, según las estimaciones de la OIM. Se trata del mayor número de desplazados por conflictos que se registran en Europa central y occidental desde la guerra en la antigua Yugoslavia en los años noventa.
Una de cada dos personas que atravesaron el Mediterráneo –en torno a medio millón de migrantes- procedía de Siria, mientras que el 20% era de origen afgano y un 7%, iraquíes.
"Frente a los sentimientos xenófobos que han surgido en algunas ciudades, es importante reconocer la contribución positiva que hacen los refugiados e inmigrantes en las ciudades donde viven, así como enaltecer los valores europeos: salvar vidas, defender los derechos humanos y promover la tolerancia y la diversidad", afirmó el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres.
Por su parte, el Director General de la OIM, William Lacy Swing, aseguró que es necesario actuar: "la migración debe ser legal y segura para todos, tanto para los inmigrantes como para los países que los acogen".