Este 22 de diciembre se cumplen 162 años del natalicio de la insigne pianista Teresa Carreño, artista venezolana reconocida en el mundo como una de las más importantes intérpretes latinoamericanas de finales del siglo XIX y comienzos del XX.
María Teresa Gertrudis de Jesús, como fue bautizada al nacer en 1853, inició sus estudios musicales a temprana edad bajo la tutela de su padre, Manuel Antonio Carreño, y del maestro alemán Julius Hohené.
El 25 de noviembre de 1862, con tan sólo nueve años de edad, hizo gala de su prodigioso talento musical al ofrecer su primer recital público en el Irving Hall de Nueva York, donde obtuvo el reconocimiento de los espectadores norteamericanos y fue invitada a tocar ante el presidente Abrahm Lincoln en la Casa Blanca.
Desde entonces llevó su talento a varios lugares del mundo. Entre ellos, el continente europeo, África del Sur, Cuba, Australia y Nueva Zelanda.
Carreño revolucionó el mundo de la música al ser una de las pocas pioneras femeninas de renombre en tocar el piano, durante una época de tradición machista en la cual la interpretación de los principales instrumentos musicales estaba restringida sólo a los hombres.
Su obra no sólo se limitó a la representación de clásicas piezas de reconocidos maestros, sino que también compuso más de 40 creaciones para piano. Entre ellas se encuentran El vals de Teresita, Himno a Bolívar, Saludo a Caracas, La nota falsa, Danza venezolana, Nocturnos y El Cuarteto para cuerdas en si bemol.
Falleció el 12 de junio de 1917 en Nueva York, Estados Unidos. Tras su muerte, sus restos fueron traídos a tierras venezolanas, donde reposan en el Panteón Nacional, al lado de próceres de la patria como el Libertador Simón Bolívar, Luisa Cáceres de Arismendi y Pedro Camejo.