Alrededor de 70% de las personas que usan piercings en la boca, tanto linguales como labiales, pueden tener problemas de salud bucodentales durante o luego de su colocación.
Expertos de Plénido Quality Dental Group, en España, afirmaron que las complicaciones pueden producirse por falta de información o por no acudir a un centro adecuado.
Éstas pueden ir desde desprendimiento de esmalte hasta la pérdida de dientes.
Agregan la interferencia en los tratamientos de ortodoncia. Esta situación puede provocar también retracciones en las encías. Además, los elementos pueden generar la acumulación de bacterias en la zona, lo que puede conllevar halitosis, dolor, inflamación, sangrado e infecciones. Esta coyuntura puede ser peor y provocar sepsis, que causa síntomas graves y puede ser mortal, aseguró el odontólogo Francisco Javier Alández.
Cerca de 80% de las personas que llevan piercings tienen menos de 29 años de edad.
Ante el creciente número de visitas al especialista para resolver problemas derivados de perforaciones en zonas orales, el odontólogo debe ser un punto de referencia para facilitar a los pacientes información sobre posibles peligros, prevención de lesiones y tratamiento de las mismas.
Los expertos recomiendan a las personas que lleven un piercing limpiarlo exhaustivamente durante al menos seis semanas desde la perforación y, especialmente, después de ingerir alimentos y bebidas. Para ello, destacan la importancia del enjuague bucal antiséptico.
Aconsejan evitar la ingesta de alcohol y de alimentos duros y pegajosos, así como el consumo de tabaco, pues pueden causar irritación en la zona perforada.
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