El jefe del gobierno italiano, Enrico Letta, formalizará este viernes su renuncia, bajo la presión de su adversario en el seno del Partido Democrático (PD, centro izquierda), Matteo Renzi, qui debería sucederlo.
Letta, en el poder desde hace menos de un año al frente de una inédita coalición de partidos de izquierda y de derecha, anunció el jueves su intención de presentar su dimisión al presidente Giorgio Napolitano al finalizar un último consejo de ministros convocado para este viernes a las 10H30 GMT.
La crisis coronó varios meses de lucha fratricida entre Letta y Renzi, el carismático y joven alcalde de Florencia, quien había pedido horas antes la formación de un nuevo gobierno. La dirección del PD respaldó de inmediato ese llamamiento, por 136 votos a favor y 16 en contra.
Los medios italianos expresaban su preocupación por el desenlace de esta nueva sacudida de la política de Italia, que trata de sobreponerse a la crisis económica.
"Salto mortal", titulaba el semanario L'Espresso. "Renzi maneja los hilos de una operación orquestada hace dos meses", que "puede consagrar su liderazgo o esfumar su popularidad", agregaba.
"Una eterna anomalía italiana", escribía por su lado el diario La Stampa, poniendo en tela de juicio la apuesta del boy-scout de la política italiana, pues "aún no sabemos si hizo un gol o si la pelota pasó por encima del travesaño".
Los mercados no daban señales de mayor inquietud. El índice FTSE MIB de la Bolsa de Milán cerró el jueves con una caída moderada de 0,17% pero a media mañana de este viernes registraba un alza de 0,80%.
Renzi, de 39 años, fue de joven guía de boy-scouts. De religión católica, adhirió a los 19 años a la Democracia Cristiana. Poco conocido hasta hace unos años fuera de Florencia, realizó una carrera fulgurante y en diciembre pasado fue elegido al frente del PD, principal fuerza de izquierda y de la actual coalición de gobierno AFP