Actuar sobre la flora intestinal, nueva arma contra la desnutrición infantil
Actuar sobre la flora intestinal, también llamada microbiota, podría
ayudar a luchar contra los efectos permanentes de la desnutrición en los
niños, según sugieren dos estudios publicados esta semana en Estados
Unidos que confirman la importancia de estos microorganismos para la
salud.
La microbiota, compuesta por 100 billones de bacterias,
ejerce funciones fundamentales para la salud, como la degradación de los
alimentos ingeridos para una mejor absorción intestinal y un
metabolismo óptimo.
Estas miles de millones de bacterias, que
colonizan el intestino desde el nacimiento, también tienen un papel
clave en la maduración del sistema inmunológico.
Los resultados de
estos dos estudios publicados en la revista estadounidense Science
abren la vía al desarrollo de terapias que permiten luchar eficazmente
contra problemas devastadores de salud debidos a la subalimentación que
afecta a decenas de millones de niños en los países en desarrollo.
Los
investigadores recogieron materias fecales que contenían una muestra de
las bacterias presentes en la flora intestinal de niños de entre seis y
18 meses en Malaui, algunos de los cuales estaban bien alimentados y
otros estaban desnutridos a distintos niveles.
Luego injertaron estas heces en los intestinos de ratones vírgenes de cualquier clase de bacteria.
Estudios
anteriores sugerían que la desnutrición puede impedir el desarrollo de
la flora microbiana en los intestinos, la cual madura a medida que los
individuos avanzan en edad.
Este primer equipo de investigadores,
dirigido por Jeff Gordon, de la Facultad de Medicina de la Universidad
Washington en St. Louis (Misuri), pudo así demostrar que los niños
malauíes de 18 meses que estaban desnutridos tenían una flora intestinal
equivalente a la de un niño de seis meses. En otras palabras, la
madurez de su microbiota no se correspondía a su edad.
También
demostraron que la flora intestinal inmadura se vincula a un menor
crecimiento de estos niños, respecto a los niños bien nutridos cuya
microbiota se desarrolla normalmente.
Los ratones a los cuales los
científicos injertaron materia fecal de niños bien alimentados ganaron
mucho más peso y masa no grasa que los jóvenes ratones que recibieron la
microbiota de donantes desnutridos.
Luego injertaron en estos
ratones las materias fecales de niños saludables, lo cual permitió
restablecer el crecimiento normal de los roedores. AFP