“La UE debe establecer una renta mínima para los ciudadanos”
En el despacho de Georges Dassis, empapelado con carteles reivindicativos, destaca uno en varios idiomas: “Defendamos Schengen”.
Implicado en el movimiento sindical desde los 15 años y exiliado en
Bélgica a raíz de la llegada de la dictadura a Grecia, en 1967, Dassis,
presidente del Comité Económico y Social Europeo, lo ve como un símbolo:
si cae la libre circulación, todo caerá. El responsable de este órgano
consultivo de las instituciones comunitarias, equivalente al CES español,
viaja hoy a España para “intentar convencer de que esta Unión Europea
es la mejor que hemos tenido después de la Segunda Guerra Mundial”. Y
apostilla: “A pesar de todo lo que tenemos que corregir”.
Pregunta. ¿Le inquieta la inestabilidad política en España?
Respuesta. Bueno, yo soy griego, he vivido muchas
crisis, he conocido la dictadura… Pero sí, me inquieto un poco y espero
que haya Gobierno y estabilidad política. Porque lo que ha pasado en mi
país, con elecciones tras elecciones y medidas de austeridad impuestas
por la troika, no ha resuelto nada. La solución está en una entente, con
un verdadero diálogo entre los demócratas y las organizaciones de la
sociedad civil.
P. ¿España aún tiene necesidad de reformas, como dice la Comisión Europea?
R. No puedo ser juez de lo que España debe hacer. Si
hay necesidad de hacerlas, las fuerzas políticas y sociales lo van a
decidir. Lo único que deseo es que España siga siendo España.
P. Usted representa a un organismo que aúna las
voces de sindicatos, empresarios y sociedad civil. El papel de los
agentes sociales ha quedado muy debilitado por las reformas laborales en
España.
R. El que crea que puede organizar un Estado
democrático ignorando completamente la dimensión participativa de la
democracia se equivoca. Miremos al planeta: ¿Qué países van mejor? Los
que garantizan mejor la democracia participativa. Si la reforma laboral
es mala, imagino que los agentes sociales españoles reaccionarán. No se
puede anular la función de los sindicatos y los empresarios en España.
Si tal es el caso, la gente se rebelará, espontáneamente. Hay que
dialogar con las organizaciones sociales para encontrar una buena
solución.
P. ¿Qué mensaje europeo va a trasladar en España?
R. Estoy preocupado porque la imagen de Europa
comienza a empañarse. No es culpa de los ciudadanos, sino de los que han
tomado malas decisiones. Aquí, en el Consejo, he propuesto lanzar una
campaña para salvar Schengen. Las instituciones europeas tardan en
reaccionar. Schengen representa una adquisición importante en el proceso
de integración europea. La gente más joven no se da cuenta porque no ha
conocido fronteras. Si dejamos caer Schengen, es el inicio de la
disolución de la UE, porque mañana caerá otra cosa. Hace falta una
movilización popular para salvar Schengen y el proceso de integración
europea. Gracias a la UE vivimos el periodo más largo sin guerras. Hay
un juego político que no es agradable, por decirlo suavemente:
nacionalizar el éxito, europeizar los fracasos. Es deshonesto
.
P. ¿Qué debe hacer la UE para aliviar la crisis de los ciudadanos?
R. Como en el Consejo Económico y Social tenemos
derecho de iniciativa, hemos propuesto a las instituciones una renta
mínima de supervivencia, que sea un porcentaje de una magnitud económica
aceptable para todos los países. Puede ser el salario mínimo, por
supuesto diferente en cada país (no se pueden pedir cosas
irrealizables). Aliviaría a millones de familias. Y ayudaría a la
recuperación económica: es dinero que se desembolsa directamente en la
economía real de cada país. Al principio me llamaron soñador, pero he
constatado que hay mucho interés por esta medida.
P. ¿Han calculado el impacto económico?
R. Es difícil calcular el dinero. No somos un
gabinete de estudios. Tienen que ponerse de acuerdo los Estados. Puede
calcularse también como un porcentaje del PIB. Y hay que negociar el
montante. Se trata de enviar un mensaje concreto de la UE a los
ciudadanos: crear un fondo europeo que financie, mejore los ingresos
mínimos de las personas y aligere el presupuesto nacional. La
solidaridad es un valor fundamental de la UE.
P. ¿Cómo se financiaría?
R. Por ejemplo, con una tasa sobre las transacciones
financieras, que los Estados no terminan de aplicar, pero que creo que
acabarán haciéndolo. Con ese dinero se puede financiar una renta mínima y
mucho más.
P. Habla usted de solidaridad. La crisis de refugiados la pone a prueba.
R. Hay que distinguir entre refugiados e
inmigrantes. A los primeros, tenemos el deber humano y moral de
acogerlos. No es normal que países que se han beneficiado de la
convención del refugiado —y yo fui refugiado político— no la apliquen
ahora. El reparto de la riqueza en el mundo es desigual. Es cierto que
no podemos acoger a todo el que quiera venir a buscar un lugar mejor.
Pero Europa tendrá necesidad de inmigrantes en el futuro. Todas las
cifras lo indican
EP