(EFE).- Analistas del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, en inglés) afirmaron hoy en Bogotá que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, entorpeció la posibilidad de que se concretara un proceso de paz con las Farc en Colombia.
Chávez “ha sido un factor fundamental en la última década (…) Si no hubiera un espacio internacional para las Farc pues obviamente hubiera sido más fácil llegar a un acuerdo” de paz, dijo James Lockhart-Smith, de ese instituto.
Lockhart-Smith es editor de la investigación “Los documentos de las Farc: Venezuela, Ecuador y el archivo secreto de ‘Raúl Reyes’”, cuya edición en español fue presentada hoy en la capital colombiana tras ser publicada en inglés en mayo pasado en Londres.
Lockhart-Smith y el también editor Nigel Inkster, junto a John Chipman, director general y ejecutivo de ese centro internacional de pensamiento, presentaron la investigación a través de una videoconferencia desde la capital británica.
La obra es un análisis a los documentos hallados en el computador del portavoz internacional de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), Luis Edgar Devia Silva, alias “Raúl Reyes”, muerto en un bombardeo de tropas colombianas en territorio de Ecuador en marzo de 2008 durante el Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010).
Los analistas consideraron, además, que las Farc “serían una guerrilla más débil” sin refugios transfronterizos en Venezuela y sin el apoyo de Chávez.
Ese grupo armado “hubiera sido mas débil si ellos no hubieran accedido a los espacios transfronterizos como retaguardias. Todo ello ha sido un factor fundamental” y ha dificultado un proceso de paz, subrayó Lockhart-Smith.
Nigel Inkster, que es, además, director de riesgo político de ese instituto, subrayó que “eso es el caso para cualquier movimiento insurgente”, y remarcó que “el tema de refugios transfronterizos es fundamental” para una organización rebelde o terrorista.
Colombia ha entregado a Venezuela en los últimos meses coordenadas geográficas en las que presuntamente hay campamentos guerrilleros colombianos y ha intercambiado informaciones de inteligencia con autoridades de ese país para la localización de rebeldes.
Inkster añadió que bajo el nuevo Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, si bien Venezuela ha entregado a algunos guerrilleros de las Farc capturados en su territorio, “es poco probable que Chávez esté dispuesto a abandonar totalmente a este grupo”.
“Mientras (Chávez) sea capaz de sacar algún provecho político de la relación, (..) parece poco probable que el problema de las Farc se solucione en el futuro visible”, dijo.
Según el IISS, las Farc cumplieron “un papel estratégico para Chávez en cuanto a desarrollar su base social” al haberle dado protagonismo en “asuntos de liberación de secuestrados”.
En 2007, a petición de Uribe, entonces presidente, Chávez intervino junto a la hoy exsenadora colombiana Piedad Córdoba en la puesta en libertad de varios militares, policías y políticos que llevaban varios años en poder de las Farc.
Pero además la guerrilla sirvió a Chávez para crear una “retaguardia” o una “herramienta estratégica asimétrica”, según el IISS, para protegerse de lo que Chávez considera “una amenaza” extranjera ante la posibilidad de una intervención directa de Estados Unidos y de Colombia en su territorio.
En ese sentido, la obra asegura que la guerrilla colombiana adiestró a miembros de los llamados “círculos bolivarianos” o “fuerza bolivariana”, civiles armados defensores del Gobierno de Chávez, y recibió aportaciones del presidente venezolano para la compra de misiles tierra-aire.
También recoge los correos cruzados entre rebeldes colombianos y las presuntas contribuciones de estos a la campaña presidencial de Rafael Correa en Ecuador.