El Valencia se acostará como líder después de lograr un meritorio empate a dos ante el vigente campeón, el Barcelona, en un partido en el que los visitantes siempre fueron a remolque en el marcador y que tuvo una parte para cada equipo
El equipo local sigue al frente de la tabla después de superar con mucha claridad al Barcelona en la primera parte con goles de Abidal en propia puerta y de Pablo, mientras que Pedro marcó por el conjunto visitante. En la segunda mitad el Valencia dio un paso atrás ante un Barcelona que practicó su fútbol habitual y pudo empatar gracias a un tanto de Cesc Fábregas.
El planteamiento de Emery desubicó al equipo de Guardiola. El técnico vasco volvió a colocar al lateral zurdo francés Mathieu como interior para tapar las subidas de Alves, como hizo en otros enfrentamientos. El galo fue un continuo dolor de cabeza para la defensa azulgrana. Tanto que los dos goles del Valencia en la primera parte salieron de sus botas, y una tercera ocasión la falló de forma incompresible Soldado a puerta vacía.
El Valencia encontró un filón por la parte izquierda de su ataque ante el que nada pudo hacer el Barcelona. Esto, unido a una presión muy agobiante desarboló a un conjunto culé que no tuvo el balón tanto como habitualmente acostumbra.
El conjunto blanquinegro funcionó muy bien en la primera mitad, gracias a un Éver Banega que dio su mejor versión, tanto a la hora de dirigir al equipo, como en tareas defensivas para que Xavi apenas tuviera contacto con el esférico. Con un Valencia bien plantado y un Barcelona incómodo llegó la jugada más desgraciada para los visitantes.
Corría el minuto 11 y una internada de Mathieu a base de fuerza y técnico acabó con un centro del francés que desvió Abidal dentro de su portería. El Valencia recogió los frutos a su trabajo de salida. Sin embargo, las alegrías duran poco en casa del pobre y al minuto y medio, Pedro culminó una triangulación con Messi en la frontal del área.
No se había llegado al cuarto de hora y todo volvía a empezar. El Valencia recibió bien el tanto, no se descompuso y al Barcelona no se sirvió para organizarse y mostrar su versión habitual. Banega se echó el equipo a sus espaldas y se hizo dueño y señor del centro del campo, secundado por un Albelda excepcional que vive su tercera juventud.
El argentino protagonizó una buena jugada en la medular, cargó a la izquierda para Mathieu y el centro del francés le llegó a Pablo Hernández que 'fusiló' a Valdes. El 2-1 no le sentó bien a los hombres de Guardiola, y aunque empezaron a tener un poco más el balón, el control lo tenía su rival, muy serio en defensa.
Tras pasar por el vestuario, el Barcelona fue el que dio un paso al frente y ya tuvo la posesión del balón con más claridad, pero se encontró a un Valencia que se sentía cómodo defendiéndose. Los de Emery no pasaban por excesivos apuros, por lo que Guardiola optó por dar entrada al mismo tiempo a Villa y a Adriano para variar el rumbo del partido.
Guardiola no le veía nada claro y poco después retiró a Puyol para dar entrada a Thiago y reforzar todavía más la parte ofensiva del equipo. Mientras, Emery dejaba pasar los minutos y aguantaba solo con el cambio de Tino Costa por Albelda.
El Barcelona, pasada la hora de partido ya le puso cerco a la portería de Guaita y en el minuto 67 Mascherano lanzó un zapatazo al larguero. El Valencia pasaba por sus peores momentos, por no tener el balón. El técnico local se dio cuenta de que había que parar la velocidad de crucero que había puesto el rival e hizo el cambio de retirar a Canales y dar entrada a Jonas.
El dominio azulgrana tuvo su recompensa a falta de un cuarto de hora para acabar. El centrocampista recibió un pase un profundidad y batió con comodidad a un Guaita que en la jugada anterior le había quitado el balón de los pies a Messi cuando el argentino se internaba en el área.
Ahora era el Barcelona el que iba de subida y el Valencia de bajada. El cansancio empezó a pasar factura, pero los locales sacaron fuerza de flaqueza para mantener el empate y el liderato en la Liga BBVA, ante un conjunto azulgrana que siempre fue a remolque en el marcador. Y eso que Villa a punto estuvo de marcar en el minuto 88, pero Guaita sacó una mano salvadora.
