Argentina, el país de los mil y un cambios del dólar
El nuevo corralito impide a los argentinos comprar libremente o ahorrar en dólares, limita el retiro de fondos en el exterior, impone una tasa del 15% a las compras con tarjeta en el exterior e incorpora controles en los colegios y supermercados. A Eliseo Subiela, director de cine, la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) le ha impedido dos veces comprar divisas, en vísperas de viajar a otro país para asistir a un Festival. Su experiencia es extensiva a buena parte de los ciudadanos que quieren cruzar las fronteras. El control de cambio de las autoridades argentinas, su voracidad por recaudar y la obsesión por mantener superávit fiscal y comercial ha desembocado en un escenario insólito en la Argentina de hoy en día.
La secretaria de un colegio internacional está ahora obligada a enviar todos los meses al Gobierno el listado de los padres de estudiantes que pagan más de mil pesos (unos 166 euros)». Es otra de las medidas impuestas -semanalmente- por la Administración de Cristina Fernández de Kirchner para rastrear a posibles morosos con el fisco. «No hay un solo alumno que pague menos de esa cifra, así que rastrearán a todas las familias», dice.
Las atribuciones que se adjudica la Afip en ocasiones, ademas de farragosas, invaden territorio ajeno. El organismo que dirige Ricardo Echegaray coordina a sus inspectores para que empiecen a pedir explicaciones a los argentinos que embarcan rumbo a un destino internacional sobre la cantidad de divisas que llevan y su origen. «Además de ilegal, se invierte la carga de la prueba al tener que demostrar tu inocencia por haber adquirido un dinero que es tuyo», observa un abogado que prefiere guardar el anonimato por temor a represalias.
En teoría, la Afip autoriza a los ciudadanos a comprar una vez por semestre pero los filtros son tantos que la negativa de los bancos y cajas de cambio suele ser la moneda corriente. Los afortunados que logran autorización, obtienen unos «50 dólares» por día para viajar, según el periodista Martín Bidegaray.
La regla encuentra una excepción en los funcionarios públicos: «Si van a Japón les autorizan entre 488 y 602 dólares por día, si el destino es las Islas Cayman, entre 360 y 458, y en el caso de Rusia, de 341 a 434 dólares».
La empresa PayPal.com, activa en 190 países y recurso frecuente para recibir donaciones y hacer compras en el exterior desde el país de origen, comenzó «hace un mes a notar problemas para concretar operaciones de clientes argentinos. La cantidad de reclamaciones de usuarios de Argentina ha ido incrementándose en las últimas horas», reconocían al diario Clarín el viernes pasado.
«Nosotros no establecimos ningún tope de compra. Por el contrario, valoramos mucho a ese país por la enorme cantidad de clientes que tenemos allí», se justificaron. A los usuarios de este servicio, al utilizarlo, se les aplicaba el cambio oficial que establece el Gobierno, de este modo,ganaban en torno al 35% que es la diferencia que hay con el mercado negro o «blue».
Límites en los bancos
Los bancos argentinos, aunque no hay norma escrita, por sugerencia del Banco Central, han comenzado a poner límite a la extracción de dinero en el exterior que hoy permite retirar hasta 2.000 dólares al mes. A estas sumas se les aplica el cambio oficial pero el Gobierno advierte que esos montos y aquellos gastos o compras realizadas se recargarán con un 15%. Lo mismo ocurre con los paquetes turísticos. En cifras, para un pago con tarjeta en el exterior más el 15% que impondrá el Gobierno, el cambio aplicado de media sería de 5,40 pesos. En el mercado negro o «blue» por un dólar se consiguen 6.30 pesos o más.
El Banco Central informó que en el primer semestre de 2012 la salida de dólares, por motivos turísticos, aumentó un 66%. Para esos fines, el equivalente al Banco de España, se desprendió de 2.553 millones de dólares para sus ciudadanos, más de mil millones en el mismo periodo de tiempo del pasado año.
La batería de medidas para mantener cerrado «el corralito verde» (por el color del dólar) y cazar evasores incluye el acceso a las cuentas corrientes. Un corresponsal de la prensa mexicana se preguntaba: «¿Cómo le explico a mi diario que a los recibos que presente de pagos con mi tarjeta de crédito voy a tener que aumentarles un 15%? No lo van a entender». Al periodista le merece la pena cruzar el Rio de La Plata y abrirse una cuenta en un banco de Uruguay. En un buquebus apenas se tardan 45 minutos en llegar a Colonia de Sacramento.
Problema similar afrontan las familias con hijos estudiando en el exterior. «Le di a mi hijo una tarjeta contra mi cuenta corriente para sus gastos. ¿Por qué me tendrían que grabar un 15% en Argentina?». Situaciones como ésta se suceden. Los pensionistas españoles, a partir del próximo mes de enero, sufrirán un recorte en torno al 35% en sus pensiones pero por otras razones. Las transferencias se «pesificarán» de acuerdo al cambio oficial. La opción de abrir una cuenta en dólares o en euros para evitar el cambio y recibir el giro en la moneda de origen, no es viable. Primero se pesifica y luego, como le sucedió recientemente a una abogada al recibir su minuta de un cliente estadounidense, si quieres traduces el depósito a dólares, en cuyo caso, vuelves a perder dinero.
En este escenario casi policial los «arbolitos», cambistas callejeros, florecen, las redadas se suceden y el dólar multiplica sus valores. Según la presidenta «el tipo de cambio no está retrasado. Vamos por el buen camino». No opinan lo mismo los ciudadanos.
ABC