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miércoles, 24 de octubre de 2012

Curazao pide a Venezuela que invierta USD 1.500 millones para extender alquiler de la refinería “Isla”

Reuters).- Curazao pide a la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) invertir unos 1.500 millones de dólares en la refinería Isla para extender el contrato de alquiler de la planta que vence en 2019, dijo el miércoles a Reuters un dirigente político de alto rango.
 
Residentes y ecologistas llevan años denunciando que la vetusta refinería, de 335.000 barriles por día (bpd) de capacidad y esencial para la economía de la isla, genera grandes daños ambientales y exigen a los socios compensar a los afectados, aunque sin respuesta hasta la fecha.
 
Es importante extender el contrato a Pdvsa, pero bajo ciertas condiciones“, dijo Helmin Wiels, líder de Pueblo Soberano, el partido mayoritario en el Parlamento tras las recientes elecciones, pero que todavía debe negociar con otras fuerzas políticas una coalición de Gobierno.
 
El funcionario agregó que una inversión de ese calibre podría prolongar por otros 25 años el alquiler de la planta, por el que Pdvsa paga unos 150 millones de dólares anuales.
 
Curazao se convirtió en 2010 en un territorio autónomo tras un referéndum para decidir la disolución de las antillas holandesas, aunque parte de sus decisiones aún dependen del Reino de los Países Bajos.
 
  El partido Pueblo Soberano, que tiene buenas relaciones con el gobierno socialista del mandatario venezolano Hugo Chávez, está en negociaciones con otras organizaciones políticas para elegir Primer Ministro.
 
Directivos de Pdvsa dijeron a finales del 2010 que el contrato para el alquiler de Isla, la segunda mayor refinería del Caribe, será renegociado sin duda antes de su vencimiento.
 
La refinería representa un importante enclave logístico para la estatal venezolana, al contar con un muelle apto para recibir grandes tanqueros tipo VLCC (Very Large Crude Carrier) -como los que Venezuela envía a China- y una red de almacenamiento de 16 millones de barriles de capacidad.
Sin embargo, la refinería ha estado operando con muchas deficiencias en los últimos años, principalmente por el mal funcionamiento de la planta de servicios industriales que provee electricidad, agua y vapor a la instalación.
 
Una fuente de la refinería dijo a Reuters que el craqueador catalítico que elabora gasolina y derivados terminados sigue detenido y está siendo sometido a mantenimiento para iniciar su arranque en las próximas semanas.

Reclamos ambientales

Una corte curazoleña rechazó este año la petición del grupo ambientalista local SMOC de clausurar la refinería debido a sus emisiones tóxicas, que considera son perjudiciales para las poblaciones aledañas.
 
Grupos políticos críticos con la planta creen que su estratégica ubicación, justo en el medio de la pequeña isla caribeña, podría servir para otros usos que generen más empleo y menos problemas para el país, cada vez menos dependiente de la actividad refinadora.
 
Sin embargo, Wiels dijo que cerrarla constituiría una “muerte económica súbita” para Curazao, debido a que todavía aporta alrededor del 10 por ciento de su producto interno bruto y es fuente de más de un millar de empleos.
 
Isla fue construida por la angloholandesa Shell en 1918 en el lugar de un antiguo mercado de esclavos con el objetivo de procesar crudo venezolano. La instalación sirvió para proveer de combustibles a los aliados en la Segunda Guerra Mundial.
 
Shell la vendió por un simbólico dólar al gobierno de Curazao en 1985 y poco después fue alquilada a Pdvsa en un contrato a 35 años.
 
El Gobierno saliente se había mostrado reacio a renegociar el contrato de alquiler y le exigió a Pdvsa en diciembre de 2011 que cumpliera un plan de inversión y mantenimiento este año que no ha sido ejecutado.
 
Chávez manifestó en 2009 querer abandonar la refinería tras acusar al Gobierno de la isla de autorizar maniobras militares estadounidenses en su territorio, a unos 40 kilómetros de la costa venezolana.
 
El mandatario socialista es un acérrimo crítico de la política externa del Gobierno de Estados Unidos, a la que califica frecuentemente de “imperialista”.
 
Wiels dijo que casi tres décadas después de su salida de Curazao, su partido considera la posibilidad de demandar a Shell por contaminación.
 
“No soy experto, pero creo que el daño sufrido por Curazao está en el orden de 30.000 a 40.000 millones de dólares“, dijo.