El golpe definitivo a la lucha contra la polio podría llegar con un cambio de estrategia terapéutica. Un nuevo estudio sugiere que la mejor opción es combinar las dos vacunas disponibles. Es decir, en lugar de utilizar solo la vacuna oral o la inyectable, los mejores resultados se consiguen con unas dosis de la tomada reforzada con un pinchazo. Esta combinación podría acabar definitivamente con los reservorios más difíciles del virus, en lugares de tan difícil acceso por los conflictos bélicos como Irak o Siria, aseguran en la revista «Science».
El estudio, realizado por médicos de la Organización Mundial de la Saludpodría «acelerar» la erradicación del virus en las zonas donde a los sanitarios les cuesta llegar más, explica Hamid Jafari, director de las campañas de la polio de la OMS y autor del estudio.
En 1988 parecía que la erradicación de la enfermedad podría conseguirse con las gotas azucaradas de una vacuna oral. Esa vacuna de agradable sabor desarrollada por Albert Sabin tenía todos los ingredientes para triunfar en las campañas de vacunación: era económica, fácil de administrar porque no necesitaba agujas y bloqueaba la infección y la transmisión del virus. Pero en Irak, Siria, Norte de Nigeria o Pakistán, resultaba casi imposible alcanzar el número de inmunizaciones necesarias para proteger a los niños.
Empate entre Sabin y Salk
En un estudio con casi mil niños en la India se ha demostrado que la combinación funciona. Muestra que una sola dosis de la vacuna inactivada (inyectable) estimula la inmunidad más efectivamente que una dosis de vacuna viva (oral) adicional.
El trabajo acaba con una controversia de más de cincuenta años entre Sabin y Jonas Salk, el autor de la vacuna inyectable. Ninguna es mejor otra, ambas se complementan. ABC