AP).- La polarización política del país tiene en la prensa a una de sus grandes damnificadas. La televisora oficial, Venezolana de Televisión, no cesa de transmitir reportes sobre las casas que el gobierno ha construido y las neveras y cocinas que ha entregado a la población con bajos precios o subsidiadas.
El candidato opositor Henrique Capriles dispone también de una fiel cobertura de sus eventos por el canal de noticias Globovisión, la única televisora de corte crítico al gobierno.
Varios grupos no gubernamentales han destacado esta división, entre ellos el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), que aseguró en un informe divulgado esta semana que la división se refleja “de forma dramática en la prensa con los medios privados en respaldo de Capriles y aquellos en manos del Estado montando un apoyo fervoroso a favor de Chávez”.
“Estamos ante un panorama bien complicado”, dijo en diálogo telefónico con The Associated Press Carlos Lauría, coordinador del programa de las Américas del CPJ, porque está “por un lado una ciudadanía con información fragmentada… con la prensa que no puede a veces acceder siquiera a edificios públicos, no tiene acceso a fuentes oficiales”. Y por otro lado una prensa estatal cuyos medios son fábricas “de propaganda y son plataforma para hacer ataques y campañas de descrédito a todo aquel que opine distinto”, añadió Lauría.Esto “ahoga la posibilidad de debatir temas importantes y el público es el gran perdedor”, añadió el Comité con sede en Nueva York en su informe dedicado a describir cómo a lo largo de su gobierno Chávez creó un poderoso aparato de medios oficiales mientras la prensa independiente, debido a nuevas leyes o presiones, se ha visto reducida, con medios que ya no operan o se abstienen de publicar reportes críticos.
Silvia Alegrett, presidenta del Colegio Nacional de Periodistas, coincidió con la visión del CPJ.
“Es lo que vivimos todos los días… no se da acceso a la gente (de los medios) y eso hace que por supuesto la información que se transmite no sea equilibrada, no tanto por su contenido, sino porque le falta la otra parte”, dijo Alegrett en diálogo telefónico con la AP.
Agregó que aunque los propietarios y jefes de los medios nunca lo reconocerán públicamente, existe cierto nivel de autocensura para evitar por ejemplo que el gobierno retire de un medio su pauta publicitaria, un punto clave de su financiamiento.
“No hay una ley que obligue al gobierno a repartir equitativamente su pauta” entre los medios, explicó la directiva del Colegio, que reúne a unos 20.000 periodistas venezolanos.
En el otro extremo están los medios oficiales con la campaña presidencial de Chávez que lleva como corazón de su mensaje la “revolución”, como denomina el presidente a su gestión que ya lleva 14 años. Los avisos hacen hincapié en que su gobierno ha dado a los pobres desde 20 hospitales nuevoshasta otras 22 universidades y miles de millones en subsidios y advierte que todo ello se puede perder si gana su contrincante, porque según Chávez el de Capriles sería un gobierno “capitalista” y “burgués”.Globovisión transmitió en vivo y en directo las giras electorales de Capriles y mostró apartes de las de Chávez. La televisora tiene pendiente ante el ente estatal regulador de las telecomunicaciones y tribunales al menos seis procesos administrativos o demandas abiertas por supuestas violaciones a la ley que regula el sector que prohíbe “incitar al odio” y la “zozobra” –caso abierto por las autoridades cuando la estación transmitió imágenes y declaraciones de un motín carcelario ocurrido en junio de 2011–. Por el caso de la cárcel la televisora debió pagar una multa de 2,8 millones de dólares en junio de este año.
El mensaje en diferentes versiones es repetido sin cesar en los medios oficiales y por cada presentador de Venezolana de Televisión, que enumera las fábricas creadas por el gobierno, los puestos de empleo y las nuevas edificaciones, entre otros logros de la “revolución”. No se menciona, sin embargo, la criminalidad –que con una tasa de 50 homicidios por cada 100.000 habitantes para 2011, según datos oficiales, es una de las más altas de la región–, ni temas como la galopante inflación, que en los últimos 12 meses fue de 18,1%.
“No importa quién gane los comicios”, dijo el CPJ en su informe. “Promover un clima más abierto y tolerante será uno de los desafíos claves para el próximo gobierno”, concluyó.
Por VIVIAN SEQUERA / AP
*Editada por normativa electoral