EFE) - La onda expansiva de la pasada manifestación del 11 de septiembre en Barcelona sigue agitando la vida política catalana y, coincidiendo con el clásico de la Liga, se colará inevitablemente el domingo en el Camp Nou, donde se espera un ambiente muy politizado, al que la junta del club no ha sido ajeno.
La fuerza de aquella manifestación multitudinaria, organizada hace casi un mes con un lema sin tapujos, en el que los convocantes reclamaron que la gente saliese a la calle para pedir la independencia, lejos de ir diluyéndose, ha ido creciendo, tanto en sectores que agitan el momento para que no decaiga como de signo contrario.
El FC Barcelona, cuyo presidente Sandro Rosell garantizó que el club catalán se desmarcaría de la política en su mandato, ha lanzado un guiño a la situación política que vive Cataluña y ha dado el visto bueno para un mosaico gigante en el Camp Nou en el clásico, con la desaparición de los colores azul y grana para dar cabida a la bandera catalana, la “senyera”, y con un mensaje: “Barça!”.
Rosell, lejos de adoptar una posición equidistante o alejada de la política, ha realizado diversas declaraciones públicas sobre catalanidad y Barça más cercanas a las que en su día pronunció Laporta que a la idea que defendió cuando fue candidato.Este posicionamiento del Barça de Rosell ha sido toda una sorpresa, especialmente porque en su etapa como opositor hizo duras críticas cada vez que el ex mandatario Joan Laporta llevaba a cabo alguna manifestación política, unida al club.
Este giro le ha granjeado no pocos elogios en el entorno azulgrana, y más después de que Rosell acudiese a la manifestación del 11 de septiembre a título personal con su familia, entre ellos, su padre (Jaume Rosell), un destacado miembro de Convergència y ex gerente del club en los años setenta, cuando el Barça exhibió los primeros gestos catalanistas acabado el franquismo.
Así, deporte y política nuevamente se fusionarán en un escenario propicio para estos asuntos, como es el Camp Nou, desde el que el FC Barcelona se ha convertido en un altavoz donde se han reclamado derechos o criticado gobernantes.
Catalanes quieren independencia
Muchas asociaciones han reclamado que para la visita del Real Madrid, y siendo el clásico uno de los acontecimientos más importantes del calendario mundial futbolístico,los socios azulgranas acudan al Camp Nou con banderas independentistas.
El objetivo es dar continuidad a la fuerza que se generó la manifestación del 11 de septiembre y que continúa en la escena política, con el adelantamiento de los comicios para el Parlamento catalán al próximo 25 de noviembre.
El ambiente del clásico no estará más cargado que en otras ocasiones, debido a la tensión que de por sí ya genera este partido único en el mundo, pero sí contará con un giro político que lo hará especial, sobre todo por la atmósfera que se respira en Cataluña desde hace unos meses y las tensiones entre los gobiernos central y autonómico.
Como ya viene siendo habitual en los últimos encuentros desde que se produjo la manifestación, en el minuto 17 y 14 segundos, el Camp Nou volverá a clamar por la independencia, aludiendo al año 1714, cuando las tropas de Felipe V entraron en Barcelona y abolieron instituciones como la Generalitat o el Consell de Cent e impusieron el uso del castellano.
Este será, sin duda, el clásico más politizado de los últimos años, que no el más tenso a priori. Dada la sensibilidad que se respira ante el partido, declarado nuevamente de alto riesgo, los mossos d’esquadra -la policía autonómica- estarán alerta para neutralizar cualquier tipo de crispación que se desate, como así ha advertido el conseller de Interior, Felip Puig.