EFE).- El candidato de la oposición a la Presidencia venezolana, Henrique Capriles, aseguró que su país ha cambiado durante el último año yestá convencido de su victoria en las elecciones del próximo domingo, porque, subraya, “ya toca cerrar un ciclo” en Venezuela.
En una entrevista con Efe, este abogado de 40 años que aspira a derrotar en las urnas a Hugo Chávez y acabar con un Gobierno que lleva 14 años en el poder, aseguró que no va a ser jefe de Estado para “cobrar facturas” y que no está preocupado por lo que pueda hacer el presidente el próximo domingo si pierde las elecciones.
“Yo estoy absolutamente convencido de que el destino está escrito, soy una persona que cree mucho en que el tiempo de Dios es perfecto y ya toca cerrar un ciclo en Venezuela“, dijo Capriles (Caracas, 1972).
Con una gorra en la que se lee “Jesús”, el exgobernador del céntrico estado Miranda, uno de los más importantes del país, dice que no está preocupado por cuál será la reacción de Chávez en un eventual escenario de derrota.
“Honestamente no es un asunto que le doy importancia, para mí (lo importante) es lograr la confianza de los venezolanos, ganar las elecciones y empezar a trabajar”, afirma.
Subraya que la campaña del gobierno ha sido “muy mala”, apelando “al miedo, a la intimidación”, y comparó la convocatoria creciente que, dice, tiene sus actos frente a la de Chávez, quien, agrega, tiene que recurrir a los autobuses para llevar a sus seguidores.
“Yo creo que el propio candidato delgobierno jamás se imaginó que iba a perder la capacidad de convocatoria“, manifestó.
Considera que ha sido una campaña “brutalmente desigual” en alusión a los apenas tres minutos que tiene en los medios públicos, que por contra realizan una cobertura intensiva de la actividad del Presidente.
“No hay ningún país en el mundo en que tú encuentres una campaña en las condiciones que se ha desarrollado la de Venezuela, yo creo que el abuso de poder tiene un costo el 7 de octubre“, señaló.
Al reflexionar sobre el respaldo que ha tenido el gobierno de Chávez en los últimos años, apunta que “buena parte de la consolidación de este gobierno fue responsabilidad de la oposición, de una mala oposición”.
“Pero este país cambió en el último año, despertó, te lo dice alguien que ha recorrido más de 300 pueblos y no voy a zonas de clase media, son puros sectores populares”, agregó.
En materia económica asegura que las soluciones van a llegar de la mano de la “confianza”, una palabra que, subrayó, va a caracterizar a la Venezuela que gobierne y a la que apelará para atraer inversiones y gestionar los problemas vigentes en materia de nacionalizaciones y repatriación de dividendos de empresas extranjeras.
“Yo no vengo a cobrar facturas yo vengo a construir un país y no voy a perder un día, yo creo en un país distinto al que tenemos donde haya instituciones que funcionen en forma independiente“, señaló.Tras meses reiterando que no le interesan los extremos políticos, aseguró que quiénes esperan a que él gane para “cobrar facturas” por lo sucedido en los últimos tres lustros “se quedarán con las ganas”.
Dice que una eventual transición de Gobierno hasta el 10 de enero, día en que asume el nuevo presidente, dependerá de las Fuerzas Armadas y de la “gente buena” del actual Ejecutivo.
“Va a depender mucho, creo yo, ahí de nuestra Fuerza Armada, va a depender mucho de esa nueva realidad política que yo siento que va a existir el 8 de octubre”, señaló.
“No todos los que están en el gobierno se quieren ir del país, quieren saquear este país, ahí hay gente buena, talentosa”, añadió, al manifestar su confianza en que ese grupo se va a erigir en defensor de la democracia frente a “las locuras que un grupito pretenda hacer al verse que tiene que abandonar el poder”,
Asegura que lo que los venezolanos decidan el próximo domingo es “sagrado”, y que lo que afirme el Gobierno le tiene sin cuidado.
“Si yo no resulto favorecido por el voto popular: para saber ganar hay que saber perder, para mí lo que los venezolanos digan es sagrado, lo que a mí me tiene sin cuidado es lo que diga el Gobierno”, afirmó.
Por ello, explicó que el día de las elecciones tendrá “un sistema de auditoría” que contempla escanear las “actas de totalización” para ver si coinciden con los resultados oficiales.
“Si coincidimos y ganamos, ganamos; y si coincide y perdemos, eso es la democracia”, dijo.