“Viva Chávez, pero muerto”, “agarra a tu Presidente bien
podrido”, fueron algunas de las frases que espetaron los ultraderechistas
Mientras las agujas indicaban el mediodía de este martes, los
trabajadores del Centro de Desarrollo Comunicacional Ciudad VLC se dispusieron
a tomar el almuerzo. Transcurrieron los minutos y con ellos la responsabilidad
de cumplir las funciones asignadas.
Andrés Hernández y Enmanuel Reales, ambos integrantes del equipo
de la radio Ciudad VLC 89.9 fm, caminaban por la avenida Uslar, entre las
arterias viales Michelena y Lara, a pocos metros de la sede del rotativo. De
manera súbita, se aparecieron unos 20 sujetos quienes les gritaban: “Chávez
está ‘muertico’ y enterrado”, “cuando pierda Maduro a dónde se van a meter,
chavistas mar...”, entre otras expresiones soeces que desnudaban la conducta agresiva de la
ultraderecha.
Los grupos hostiles se trasladaban hacia el acto de cierre de
campaña del aspirante presidencial por la autodenominada Mesa de Unidad
Democrática (MUD), Henrique Capriles Radonski, en la urbanización Ritec de
Valencia. En su paso, mantuvieron el talente intimidatorio contra ambos
comunicadores. “Váyanse para Cuba a ‘jalarle’ bolas a los Castro”, “chavista no
es gente”…
Ante el decidido acoso, uno de los revoltosos dirigió sus
ofensas hacia la familia de Reales; éste lo conminó a respetar. Un golpe fue la
respuesta ante la exhortación, al mismo tiempo que se sumaban otros para
acometerlo, incluso cuando cayó al suelo. Hernández intentó disipar la
confrontación y la cachetada de una señora sirvió de preludio para que lo
“cayapearan” entre varios.
Casi de inmediato, más agresores se adosaron para atizar el
fuego de la rabia. Entre insultos e injurias las piedras y botellas no se
hicieron esperar. “¡Salgan de esa mi..., malditos chavistas!”, gritaba uno de
los atolondrados quien, ataviado con una gorra a favor del candidato de Acción
Democrática y Copei, buscaba objetos contundentes para arremeter contra el
personal que labora en Ciudad VLC.
“Sucios, malditos, vamos a quemarlos vivos cuando regresemos”,
amenazó un joven vestido con una franela tricolor y siete estrellas, escoltado de una consigna impresa en su
pecho: “Hay un camino”.
Reales, con la boca y cabeza ensangrentada, en conjunto con
Hernández lograron ingresar a la sede perteneciente al Ministerio del Poder
Popular para la Comunicación e Información (Mippci) para resguardarse de las
embestidas. El periodista asignado a la fuente de cultura, Jesús González,
entre otros, trataron de calmar los ánimos caldeados. “Vete de aquí, mama...,
porque tú también vas a cobrar”, fue la respuesta del lado anárquico.
Cuando González se retiraba del lugar, un palo emergió casi de
la nada para precipitarse en su cabeza. “¡Te vamos a matar, chavista maldito!”,
fue lo que logró escuchar en medio de la revuelta que afectó a conductores y
transeúntes que se trasladaban por el sitio en ese momento.
Las vitrinas en infraestructura del medio de comunicación no le
fueron ajenas al odio caprilista. Dos ventanas recibieron sendas pedradas que
milagrosamente no impactaron contra alguna persona. “No caigan en sus
provocaciones”, clamaban a lo interno de la edificación.
Las amenazas de muerte no se hicieron esperar: “los tenemos
identificados, ¡perros!” profirió uno los revoltosos, quien pretendía impedir
la labor periodística de los integrantes del Sistema Bolivariano de
Comunicación e Información (SiBCI).
Ante el incidente, González, tras recuperarse de las
contusiones, hizo un llamado a mantener la cordura y la paz, “porque este tipo
de escenarios no le convienen a nadie, en especial a quienes promueven
situaciones hostiles”. Sostuvo, además, que altercados de este tipo son
producto del desespero “porque ya no tienen el poder político en Venezuela”.
Durante una hora, aproximadamente, se mantuvieron grupos
antichavistas al asecho, hasta que varias patrullas de la Policía Nacional y de
Carabobo acordonaron las adyacencias para prever mayores incidentes al terminar
la concentración de Capriles.
Oswaldo López Martínez
Fotos Ciudad VLC